Unos tres mil miembros agrupados en 68 círculos en todo el país, testimonian la vitalidad de una comunidad bien estructurada de hombres y mujeres para quienes apoyar al pueblo cubano y su Revolución más que un compromiso es una razón de vida.
Para una organización de solidaridad arribar a seis décadas de existencia es sin lugar a dudas un hito, expresó en diálogo con Prensa Latina el actual presidente de la Anaic, Marco Papacci.
Más aún, si en ese tiempo demostró fuerza, tenacidad y capacidad para acompañar al pueblo cubano en cada momento de su epopeya, como voz de aliento y apoyo efectivo a través de campañas, movilizaciones y otras iniciativas.
En sus primeros 60 años la asociación basó su labor en la solidaridad política y aspectos culturales en función de estrechar los vínculos de amistad entre los dos países, precisó Papacci.
Ese trabajo –indicó- avanzó hasta 1991 y quienes pensaban que con la caída del campo socialista europeo la Revolución cubana desaparecería y por tanto así lo haría también la solidaridad con ella, se equivocaron rotundamente.
Con más de 30 años en la organización, 27 al frente del círculo de Roma y 11 como vicepresidente, Papacci reemplazó en marzo último a Irma Dioli, ejemplo de consagración en el desempeño de su labor, como fueron antes Sergio Marinoni, Roberto Foresti y el inolvidable Arnaldo Cambiaghi.
La Asociación difunde la realidad de la nación caribeña, organiza y participa en campañas, entre las cuales destaca la lucha contra el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos y la devolución a Cuba del territorio ilegalmente ocupado por la base naval en Guantánamo.
La lucha por el regreso del niño Elián González con su familia y por la liberación de los cinco antiterroristas presos injustamente en cárceles de Estados Unidos, fueron otros momentos en los cuales sobresalió la agrupación. Además, promovió y apoyó la presencia en Italia de colaboradores cubanos de la salud quienes ayudaron a enfrentar la Covid-19 en las ciudades de Crema y Turín.
Asimismo, recaudó fondos para el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí y actualmente lo hace para el Instituto Finlay de Vacunas de La Habana y la adquisición de medicamentos pediátricos antitumorales.
En ese estado de movilización permanente celebra la Anaic su 60 cumpleaños, momento propicio, expresó su presidente, para decirle al pueblo cubano que ‘fuimos solidarios en aquellos momentos cuando Cuba fue agredida y lo fuimos también cuando cayó el bloque socialista europeo’.
Somos solidarios ahora y lo seremos siempre, porque Cuba es un sueño, es una realidad de que un sistema diferente es posible, que una sociedad diferente es posible, Cuba merece nuestro apoyo incondicional, subrayó Papacci.
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