La medida fue informada al embajador de Sofía en esta capital, Atanás Krastin, y responde a una decisión por la parte búlgara de declarar “persona non grata” a 70 empleados nacionales de igual condición en esa nación, añadió la cancillería.
Ese ministerio condenó además el cierre temporal del consulado ruso en la norteña ciudad búlgara de Ruse, a orillas del Danubio.
Subrayamos que la responsabilidad por estos pasos contraproducentes recae total y completamente en el Gobierno de Bulgaria encabezado por el señor Kiril Petkov, añadió el comunicado.
Según Moscú, las acciones no solo «dañan significativamente las relaciones tradicionales entre ambas naciones y restringen los derechos de nuestros conciudadanos que pierden acceso a los servicios consulares, sino que son una muestra de la degradación de Occidente».
A principios de julio el ministro de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov anunció que el país respondería con «medidas recíprocas» a la expulsión de los diplomáticos rusos, lo cual impide el funcionamiento normal de la misión acreditada en la capital búlgara.
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