En su cuenta de la red social Twitter, el líder catalogó a la isla antillana como “el país más solidario del continente”, por lo que insistió en el apoyo de las naciones del área, tras los hechos que provocaron al menos 77 lesionados y 17 desaparecidos.
“Compartimos la angustia y tristeza que siente el pueblo cubano por los bomberos heridos en el incendio de los tanques de combustibles”, escribió.
Varias son las muestras de apoyo recibidas por parte de países, instituciones y organizaciones, entre ellas las del presidente boliviano, Luis Arce, quien afirmó seguir de cerca el lamentable suceso.
Por su parte, la cancillería de Venezuela expresó en una declaración condolencias a los familiares y allegados de las víctimas, así como su firme disposición de colaborar con Cuba para afrontar este suceso.
También se sumó a los mensajes de respaldo el secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, Sacha Llorenti, quien deseó pronta recuperación a los lesionados y reconoció el esfuerzo de quienes trabajan para controlar la situación.
Desde Estados Unidos diversas instituciones expresaron su voluntad de colaboración, y el Gobierno de ese país norteño ofreció asesoría técnica, confirmó el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío.
En su cuenta de la red social Twitter, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, agradeció estas muestras de ayuda, y también las ofrecidas desde países como México, Venezuela, Rusia, Nicaragua, Argentina y Chile.
El mandatario encabeza una reunión en Matanzas para dar seguimiento a las acciones de enfrentamiento al siniestro y la estrategia para la recuperación.
El incendio ocurrió la víspera cuando un rayo impactó en el tanque número 52 de la instalación petrolera, y pese al esfuerzo de los bomberos el fuego también se extendió al tanque 51, lleno a toda su capacidad.
Helicópteros de la fuerza aérea y avionetas del Ministerio de Transporte riegan agua de mar y arena sobre la zona incendiada para evitar la propagación de las llamas hacia otras áreas, en la que también hay tanques con combustible.
Además, se colocaron barreras físicas como cortafuegos para proteger el muelle y barrios cercanos.
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