Helicópteros y aviones de las fuerzas armadas y empresas transportistas de la isla y técnica de apoyo procedente de México y Venezuela vierten constantemente agua sobre los dos tanques en llamas para evitar que se extienda el fuego a otras áreas de la zona.
Ante el derrame de petróleo también se han colocado barreras físicas y trochas cortafuegos para mitigar el peligro de que se incendien la vegetación cercana y con la incidencia del viento se propague a otras instalaciones fabriles.
La estrategia, que tiene un seguimiento continuo por el presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, consiste en evitar que el fuego afecte a otros tanques de combustible mientras se han evacuado miles de personas de áreas aledañas como medida preventiva.
El Ministerio de Energía y Minas confirmó que se mantienen trabajando las termoeléctricas Antonio Guiteras y Ernesto Guevara, cercanas al lugar del siniestro y cuentan con cobertura de combustible para al menos 48 horas.
Una operación logística se ha puesto en marcha para garantizar el flujo de hidrocarburos hacia estas dos plantas y otras ciudades del occidente del país, incluida la propia Matanzas.
Cuba solicitó ayuda internacional para el control de este desastre industrial del que no existen antecedentes en el pasado cercano de la nación.
En la noche de este viernes se produjo un incendio cuando una descarga eléctrica generada por una tormenta impactó el tanque 52 de almacenamiento de crudo de la Base de Supertanqueros de Matanzas.
A pesar de los esfuerzos en la madrugada acontecieron nuevas explosiones en el lugar por la extensión de las llamaradas a un segundo repositorio de combustible con gran saldo de heridos y hasta el momento un fallecido con identidad aun por confirmar.
Se reportan más de un centenar de lesionados de ellos 85 recibieron el alta médica, 36 continuaban hospitalizados, 28 reportados de cuidado, cinco críticos y tres graves.
De acuerdo con el reporte de la Presidencia de la República, 17 se mantenían desaparecidos y más de mil personas evacuadas.
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