La diplomacia revolucionaria rinde tributo a sus mártires, fiel a los principios y su legado, escribió el ministro de Relaciones Exteriores en un mensaje publicado en Twitter.
Ambos funcionarios perdieron la vida en un acto terrorista que formó parte de una ola de más de 150 ataques contra misiones diplomáticas y blancos cubanos en una veintena de países.
El 22 de abril de 1976, a la hora en que los hijos de los funcionarios regresaban de la escuela en la capital portuguesa, explotó una bomba con alto poder destructivo.
Entre 1975 y 1976, la campaña incluyó la detonación de explosivos en las sedes diplomáticas de Cuba en Perú, México, Nueva York y otros lugares, así como la explosión en pleno aire de un avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976.
Frente a la barbarie en Portugal, una ola de solidaridad se levantó en Lisboa con el pueblo cubano y cientos de portugueses se reunieron inmediatamente fuera de la embajada para expresar su rechazo al crimen y en apoyo a los cubanos, reseña el sitio web de la Cancillería cubana.
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