Las dotaciones se unirán a los equipos cubanos ya instalados en la zona del siniestro y los de México y Venezuela, que durante la noche mantuvieron en enfriamiento los tanques que colapsaron devorados por las llamas.
Este «asalto final» incluye el uso de espuma y productos químicos que para su dispersión requieren equipos especializados, los cuales ya fueron instalados en el lugar.
Este martes oficiales del Cuerpo de Bomberos explicaron que se trata de una operación muy compleja por la precisión que demanda en la irrigación del agua y la participación de una gran cantidad de efectivos.
Si las acciones tienen éxito expertos en medicina legal y antropólogos, junto a rescatistas, pudieran comenzar su trabajo en las áreas que se despejen y resulten seguras.
Tras cuatro días de enfrentamiento al fuego este martes se produjo un giro en el desarrollo del incendio por la efectividad de las acciones de las fuerzas especializadas que evitaron la propagación del combustible en ebullición y bajaron las temperaturas en la batería de los cuatro reservorios de combustibles.
El siniestro ocurrió el pasado viernes cuando un rayo impactó en el tanque número 52 de la instalación petrolera, y pese al esfuerzo de los bomberos el fuego también se extendió hasta otros tres depósitos de combustible.
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