Los datos llegan en un complejo escenario para el país, ante la sequía sin precedentes imperante, que obligó a decretar algún nivel de alerta en los 96 departamentos del territorio metropolitano, la entrada de la cuarta ola de calor de la temporada y la presencia de vientos, combinación que atiza las llamas.
La situación más difícil se vive en Gironda, donde los incendios forestales destruyeron en tres días siete mil 400 hectáreas, al rebrotar los fuegos en un departamento que a mediados de julio sufrió la devastación de 21 mil hectáreas.
Más de 10 mil personas ya fueron evacuadas en el suroccidental territorio, afectado también por la destrucción de algunas viviendas y el cierre de autopistas y carreteras.
Según autoridades francesas, esta semana sucumbieron ante las llamas 10 mil hectáreas hasta el momento, con cerca de una decena de focos activos en diversas partes del país.
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