En la calle Céspedes No.52 (antes San Rafael No.21), una de las arterias más concurridas de la cuarta villa, se alza la vivienda pintada de un precioso azul y que atrae por sus amplios ventanales de madera, dos de ellos justo en la fachada, y el singular alero del techo.
Su edificación concluyó en 1749 para ser la residencia de la pareja compuesta por don Pedro Peiret del Rey, originario de Morlac, Francia, casado un año antes con Catalina Companioni, hija de un coterráneo, en la Iglesia Parroquial Mayor.
Dos de los hijos de esta familia, que vivió allí durante más de un siglo, estudiaron la carrera eclesiástica. Pedro, era organista de la Iglesia Parroquial Mayor -Monumento Nacional- y poseía una biblioteca, la cual legó a su hermano Andrés.
Después el inmueble pasó a manos de varias familias espirituanas y posteriormente tuvo diversos usos, entre ellos Casa del Coñac, hasta que en 2004 comenzó a radicar allí la sede de la Sociedad Cultural José Martí.
Estos datos, a los cuales tuvo acceso Prensa Latina, aparecen en el libro Nuevos apuntes sobre las construcciones espirituanas, de María Antonieta Jiménez, Historiadora de la Ciudad, y Javier León Valdés.
”En el siglo XVIII ocurrieron importantes sucesos en nuestra villa (…) En específico cabe mencionar la entrada a la villa de varios franceses que se asentaron en ella definitivamente, como don Pedro Peiret del Rey y don Miguel Companioni (…)”
Aunque nadie pensaría que en el tirante principal del techo de la sala hay una inscripción, escondida tras la pintura aplicada en 1993, existe una que dice: ″Esta casa de Pedro Peiret y Catalina Companioni construida el 23 de septiembre de 1749. Jesús, María y José que están con mi alma”.
De acuerdo con los citados investigadores, la vivienda conserva tradiciones constructivas muy antiguas de ascendencia morisca en muros y cubiertas.
Otros textos mencionan que el techo de madera y su alero tejaroz son originales, en tanto la carpintería y rejas de madera torneada son reproducciones.
Nuevos apuntes sobre las construcciones espirituanas en otra de sus páginas explica que la casa situada en Padre Quintero No.32 (San Miguel No.9) –en la actualidad Casa de las Promociones Musicales- en 1894 era propiedad del mecánico francés Alfredo Stiefel Weiss.
A la ciudad llegaron a fines del siglo XIX gallegos de la talla del padre José Benito Ortigueira, quien además hospedó al naturalista y economista Ramón de la Sagra, el cual durante su estancia en Cuba realizó estudios científicos en particular sobre las ciencias naturales.
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