Análisis preliminares de la parte germana detectaron substancias tóxicas en apariencia derivadas de vertidos de mercurio procedentes de una planta industrial polaca.
Estos estudios no son concluyentes en lo relativo al grado de toxicidad de las aguas y su peligro para el ecosistema, pero organizaciones medioambientales calificaron la situación de catástrofe ecológica.
Las autoridades del estado germano de Brandeburgo responsabilizan de lo ocurrido a Polonia, mientras el primer ministro de ese país, Mateusz Morawiecki, garantizó que se hará «todo lo posible» para minimizar los daños y paliar las pérdidas.
Igualmente anunció acciones para identificar a los responsables de lo que también calificó de «desastre ecológico».
Durante una comparecencia ante los medios de su país el gobernante reconoció que los servicios de seguridad tardaron en actuar ante la catástrofe.
Este desastre medioambiental es un desafío para el Estado y todos los estamentos implicados. He pedido informes sobre el tema y actuaremos en consecuencia, comentó Morawiecki.
La víspera las autoridades de Brandeburgo activaron una alerta por la presencia masiva de peces muertos en el Oder, hecho en principio atribuido a los efectos de la sequía, pues el nivel del río está muy por debajo de lo habitual.
De inmediato, personal de emergencia y voluntarios se integraron a las labores de limpieza,
según el portavoz del distrito de Märkisch-Oderland (este), Thomas Rubin, quien informó a la prensa local que las labores continuarán hasta el lunes.
El río Oder señala una gran parte de la línea fronteriza entre Alemania y Polonia, hasta su desembocadura en el mar Báltico.
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