La actividad, que se desarrolló en la loza del aeropuerto de Trinidad, también celebró el aniversario 63 de la derrotada de la llamada conspiración Trujillista el 13 de agosto de 1959, aupada por el gobierno de Estados Unidos contra la naciente Revolución cubana.
Junto al obelisco dedicado a la heroica acción, los combatientes del Ejército Rebelde Reinado Torres y Ramón Barceló, participantes en la operación, depositaron una ofrenda floral a los héroes caídos en la operación: Eliope Manuel Paz, Frank Hidalgo y Oscar Reytor.
La ocasión fue propicia para que sobresalientes estudiantes, trabajadores y profesionales recibieran el carnet que los acredita como militantes del Partido Comunista de Cuba de manos de Deivy Pérez, miembro del Comité Central y primera secretaria en la provincia.
Durante la actividad, los presentes rindieron homenaje a los integrantes del Cuerpo de Bomberos de Cuba, las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), la aviación agrícola, y el apoyo de países como Venezuela y México que enfrentaron el siniestro en la Base de Supertanqueros de Matanzas (en el occidente del país).
Allí se luchó por la Patria siguiendo el ejemplo y las enseñanzas del líder histórico de la Revolución, afirmó Danileydis Panaco, secretaria de la Unión de Jóvenes Comunistas en Trinidad.
El homenaje estuvo presidido por la gobernadora Teresita Romero, las máximas autoridades de la localidad y miembros de las FAR y del Ministerio del Interior.
El 13 de agosto de 1959 un avión de la fuerza aérea del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo aterrizaba en el aeropuerto.
Muy lejos estaban de imaginar los conspiradores que en las cercanías de la pista se encontraba el líder de la naciente Revolución, Fidel Castro, observándolo todo, analizándolo todo.
A su lado, Camilo Cienfuegos, Celia Sánchez y Demetrio Montseny, entre otros oficiales del Ejército Rebelde.
Fuerzas Tácticas de Combate y de la Policía Rural Revolucionaria ocuparon la tercera villa y “con la ayuda de la población se simularon las condiciones de una plaza sitiada.
Fue tan perfecto el escenario logrado, que resistió el 12 de agosto una inspección in situ del sacerdote Velazco Ordóñez, enviado por el tirano dominicano.
Al siguiente día y luego de aterrizar otro avión y develarse el complot se produce un tiroteo, muriendo Eliope Manuel Paz y Frank Hidalgo y un mes después falleció el primer teniente Oscar Reytor..
Al enemigo se le ocasionaron dos muertes y heridos, y 11 mercenarios que viajaban en la aeronave fueron detenidos y juzgados.
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