Al anunciar el pronóstico, el ministro de Administración Interna luso, José Luís Carneiro, no descartó una posible declaración de alerta.
Tras una reunión con el presidente del Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera, Miguel Miranda, el titular instó a no «bajar la guardia», pues las temperaturas pudieran dificultar las tareas de extinción.
La parte continental de esta nación ibérica sufre desde hace más de un mes una ola de incendios rurales de efectos devastadores.
Un informe del Instituto de Conservación de la Naturaleza y los Bosques recoge que hasta el 31 de julio, los fuegos calcinaron 58 mil 354 hectáreas de masa forestal. Esa área es un 59 por ciento mayor que la medida anual de los diez años anteriores.
El parque natural de Serra da Estrela, en el centro del país, registra hoy uno de los mayores incendios del último lustro, con 24 mil hectáreas calcinadas desde el 6 de agosto, según cifras provisionales.
En esta jornada la fuerza del viento avivó las llamas, de acuerdo con datos provisionales del sistema europeo de información sobre siniestros.
Cerca de 400 vehículos están en el lugar y se incorporarán medios aéreos, mientras algunos testigos califican el escenario como un caos y otros dicen que las llamas provienen de todas partes, según imágenes de la televisión local.
Ese fuego es el más importante ocurrido en el país en este verano y el olor a materia quemada llegó hoy hasta Madrid, España, país que también enfrentó grandes siniestros de este tipo por estos días.
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