Al intervenir en el espacio radiotelevisivo Mesa Redonda, Gil reconoció la existencia de un mercado paralelo e ilegal que genera distorsiones, pero sostuvo que la decisión gubernamental busca mucho más que competir e incidir en la tasa de cambio de ese espacio.
La medida obedece al conjunto de acciones implementadas para impulsar la economía nacional y brindarle mayor capacidad de compra al peso cubano proveniente del salario, acotó.
El ministro señaló como un gran desafío lograr la estabilidad del tipo de cambio en el país, donde a partir de las recientes medidas existen dos tasas: la oficial, de 24 pesos cubanos (CUP) por cada dólar estadounidense (USD), y que rige para las empresas y las ventas de productos de la canasta familiar normada.
La otra es la aprobada para las personas naturales, y que establece 120 CUP por cada USD (referencial) tanto en la compra como en la venta.
Gil reconoció que actualmente quienes reciben remesas tienen una mayor capacidad de compra que aquellos con un salario en moneda nacional, por lo cual eliminar esa desventaja resulta una prioridad para el gobierno.
Ese reto, acotó, no radica solo en el ámbito monetario, sino que requiere avanzar en otras medidas asociadas al incremento de la oferta en CUP, como el uso de la inversión extranjera para impulsar el comercio minorista y mayorista, algo recientemente anunciado.
Retomar el mercado cambiario también va en ese camino, pues lo recaudado no solo permitirá sostenerlo, sino redirigir divisas hacia la producción de bienes para la venta en moneda nacional.
Sin embargo, recordó, en las condiciones de la economía cubana resultaba imposible comenzar a vender divisas el 4 de agosto, cuando se estableció la compra a la población.
Resultaba necesario adquirir fondos que permitieran avanzar, pues no podemos quitar dinero de cuestiones importantes como los alimentos y el combustible, agregó.
El vice primer ministro esclareció que el bloqueo de Estados Unidos mantiene a Cuba la prohibición al uso del dólar en las transacciones internacionales, razón por la cual se sostiene la decisión de no aceptarlo como fuente de ingresos para las tarjetas habilitadas para la compra en monedas libremente convertibles (MLC).
Lo que se recauda por esa vía está destinado al reabastecimiento de las propias tiendas en MLC y en moneda nacional, de manera que resultaría muy complicado adquirir un recursos financiero con el cual luego será muy difícil operar.
En el caso del mercado cambiario, el dólar recaudado mediante la compra se convierte en fondo para la venta, de manera que no existen las mismas complejidades.
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