“No podemos confiarnos, ni bajar la guardia ante esa notoria tranquilidad, expresó la jefa de dicha institución, Miriam Teresita Llanes.
Según el consenso de especialistas nacionales y otras latitudes, la frecuente cobertura de nubes de Polvo del Sahara sobre el Atlántico tropical figura entre las causas de ese comportamiento.
«Dicha capa aporta un aire muy caliente con valores mínimos de humedad relativa, que literalmente seca a las ondas tropicales activas, en cuanto a nubosidad y lluvias salidas de las costas de África», argumentó Llanes.
“Este propio factor incrementa la cizalladura vertical del viento en las altas capas de la atmósfera, que impide a los sistemas tropicales concentrar la energía para su surgimiento y desarrollo”, dijo Llanes citada por el diario Granma.
Consideró oportuno ratificar que la temporada ciclónica -que comenzó el 1 de junio-será activa, y debe esperarse hasta el 30 el noviembre cuando culmine.
Están pronosticadas 14 tormentas tropicales de las cuales ocho pueden llegar a ser huracanes. Hasta el momento se formaron tres: Alex, el 5 de junio; Bonnie, el 1ro. de julio, y Colin, el 2 de julio.
Algunos modelos comienzan a sugerir que las condiciones ambientales desfavorables al desarrollo ciclónico deben empezar a cambiar en los días finales de agosto.
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