El titular explicó en el programa televisivo Mesa Redonda que antes de concluir el año tienen previsto restablecer 489 megaWatts (MW) de potencia, los cuales no están disponibles por limitaciones tecnológicas en centrales térmicas (291 MW) y en la generación distribuida (198 MW)
También se adoptan las medidas para incorporar, a finales de diciembre, 531 MW mediante la ejecución de nuevas inversiones.
Arronte precisó que para el cumplimiento de este programa el país destinó un financiamiento, sin embargo la recuperación de la difícil situación actual será gradual, acotó.
“Lo más importante es que no estamos detenidos”, aseguró, y agregó que materializar lo diseñado lleva tiempo y recursos materiales, los cuales en su mayoría requieren de importación, incluso las partes y piezas que se fabrican en el territorio nacional, pues las materias primas para su fabricación deben ser traídas desde el exterior.
Algunos de estos recursos ya están en proceso de importación, apuntó Arronte, quien recordó cuán costoso resulta mantener el sistema eléctrico, por los grandes montos de dinero que demanda su operación y mantenimiento, y el alto precio de los combustibles y las inversiones anuales, en una industria que funciona las 24 horas, todos los días.
Cuba tiene una alta dependencia de la generación térmica para la producción de electricidad, por lo que las roturas y mantenimientos en sus 20 unidades destinadas a esta función provocaron gran inestabilidad en el servicio en los últimos meses.
Actualmente están afectadas cuatro centrales, entre ellas algunas de las que mayor peso tienen en el aporte al sistema electroenergético nacional.
A ello se suman los problemas para la adquisición de combustibles, ya sea por los altos precios y la falta de recursos financieros, como por los obstáculos impuestos por el bloqueo económico de Estados Unidos hacia la isla.
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