Los últimos análisis de seguridad alimentaria conducidos por el Comité Permanente entre organismos, el foro de coordinación humanitaria más antiguo y de más alto nivel del sistema de las Naciones Unidas, indicaron que ese país está en un punto de inflexión en el cual las vidas de cientos de miles de somalíes están en peligro inmediato.
Esa instancia alertó que la hambruna en la nación africana se focaliza en el centro-sur de Somalia, y que, si no se aumenta la ayuda humanitaria de forma significativa e inmediata, esta carestía alimentaria probablemente durará hasta marzo de 2023.
Precisa el informe emitido, que esa región no es la única afectada ya que millones de somalíes se enfrentan a niveles extremos de hambre aguda, y entre los más perjudicados hay mujeres embarazadas y lactantes, y menores de cinco años, quienes precisan ayuda urgente para evitar el peor de los escenarios.
Los directores del Comité aseguraron que la hambruna ya podría haber empezado y recordaron la carencia grave de alimentos sufrida en 2011, cuando casi la mitad de las más de 250 mil personas que murieron de inanición eran niños, lo hicieron antes de la declaración oficial de esa tragedia.
La cifra total de personas que padecen hambre en el Cuerno e África es superior a los 20 millones, un registro que se considera inaceptable por los expertos de la ONU.
Autoridades locales, gobiernos, agencias de la ONU y organizaciones no gubernamentales (ONG) aseguraron que las alertas sobre esa situación fueron ignoradas y, pese a los compromisos mundiales para anticiparse a las crisis, el financiamiento para enfrentarla no alcanzan el volumen necesario.
Coincidieron, además, en que aunque el rápido aumento de la ayuda humanitaria desde inicios de año logró salvar multitud de vidas, los recursos disponibles son rápidamente superados por la proliferación de las necesidades.
Al respecto, llamaron a la comunidad de donantes a aportar la financiación inmediata para ampliar la asistencia sobre el terreno y evitar más muertes, antes de que las comunidades rurales se vean obligadas a abandonar sus hogares en busca de alimentos.
“En un mundo de asombrosa riqueza, es inaceptable que la gente muera de hambre. Debemos actuar de inmediato”, concluyeron.
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