La medida de ajuste monetario, catalogada de histórica por especialistas del sector, persigue atenuar las alarmas de que las presiones sobre los precios en la zona euro se extiendan más allá del sector energético.
Asimismo, la decisión de la entidad financiera situó la tasa de depósito en el 0,75 por ciento.
Especialistas apuntaron que la “agresividad” de la medida acerca a la institución a las políticas de la Reserva Federal estadounidense, la cual considera un tercer aumento consecutivo de la misma magnitud para este mes.
La institución bancaria europea fue acusada en no pocas ocasiones de reaccionar con lentitud ante el repunte inflacionario.
En su comunicado, el BCE apuntó que este paso adelanta la transición desde el actual nivel altamente acomodaticio de las tasas de política hacia otros que garantizarán el retorno oportuno de la inflación al objetivo a mediano plazo del dos por ciento proyectado.
Estas subidas pueden ofrecer cierto apoyo al euro, por debajo de la paridad con el dólar en estos momentos, lo que provoca un encarecimiento de las importaciones en la zona, sobre todo en el área de los productos básicos.
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