Privar de agua potable a los pobladores de la ciudad de Hasakeh y las comunidades a su alrededor desde hace más de 50 días, constituye un acto inhumano e inmoral, afirmó la Cancillería siria por medio de un comunicado.
Explicó que las fuerzas turcas presentes ilegalmente en el país y las milicias extremistas locales que operan bajo su mando impiden el funcionamiento de la planta de agua en la ciudad de Ras al-Ain que está bajo su control, teniendo en cuenta que es la principal fuente de este líquido.
Esta acción, según denunció la cartera, constituye un crimen de guerra y de lesa humanidad en virtud del derecho internacional humanitario.
Consideró que las condenas ya no son suficientes y que la comunidad internacional debe moverse para detener estas prácticas de inmediato.
La continuación de tal corte de agua conduciría a desastres humanos y pandemias, denunció el Ministerio.
Las autoridades sirias denuncian que Ankara redujo al mínimo el nivel de agua que fluye a Siria del río Éufrates considerado la fuente principal de agua potable y para el riego para toda la región nororiental.
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