En ese empeño cuentan con el apoyo de contingentes de trabajadores de demarcaciones del país menos dañadas por el huracán Ian, que azotó directamente ese territorio el pasado 27 de septiembre.
Brigadas de linieros de varias provincias colaboran con las fuerzas locales en el restablecimiento de la red eléctrica destruida por la furia de los vientos sostenidos de más de 200 kilómetros por hora e intensas precipitaciones de Ian, mientras se avanza en las labores para restablecer otros servicios vitales.
En los municipios afectados la población colabora en la recogida de desechos y tareas de saneamiento, con el apoyo de personas llegadas desde otras zonas de la provincia y los organismos e instituciones del Estado.
A este territorio también llegaron donativos de alimentos, pinturas y camas fowler, recabados por la Asociación Cubana de Naciones Unidas, la institución religiosa Quisicuaba, y emprendedores privados, mientras brigadas artísticas llevan alegría a las comunidades en medio del dolor.
También recibe la ayuda solidaria de naciones como México y Venezuela, y de las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud, y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, entre otras.
La víspera, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, visitó por tercera ocasión territorio pinareño, desde que fuera declarada la emergencia, para constatar las labores de recuperación y dialogar con sus habitantes, a quienes transmitió confianza y la voluntad de restañar los destrozos de Ian.
En su perfil en Twitter, el jefe de Estado señaló que la “situación es difícil, los daños son considerables, más de 200 familias han perdido sus hogares completamente. Pero los pinareños no están solos, #Todos Juntos saldremos de esta”.
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