Por Yosbel Bullaín
Corresponsal jefe de Prensa Latina en Nicaragua
Desde la publicación del calendario electoral a medidos de agosto último, la alta presencia de los nicaragüenses en las oficinas de verificación y registro del Consejo Supremo Electoral (CSE), demostró la voluntad del pueblo de asistir a unos comicios donde se elegirán seis mil 88 cargos públicos.
Según el vicepresidente del CSE, magistrado Cairo Amador, la voluntad de votar de la población expresa una confianza institucional, por un lado, y por otro una seguridad en el Consejo Supremo.
En entrevista con la televisión estatal, Amador destacó la confianza en el sistema político que, en cualquiera de los casos, presenta en determinado tiempo a los ciudadanos la posibilidad de manifestar su opinión a favor o en contra en un voto libre y secreto.
Mencionó que la motivación por el voto aquí está dada por las acciones hechas por los gobiernos locales y palpadas por los ciudadanos en sus lugares de residencia.
“Aquí tenemos personas que, a través de las alcaldías y sus gestiones mejoraron la calidad de vida de cada uno de los miembros de la familia”, comentó el magistrado.
Encuestas recientes afirman que para el 68,5 por ciento de la población nica, lo más importante de las elecciones en el país es que el pueblo tenga oportunidades reales de mejorar la calidad de vida.
Al respecto, el académico nicaragüense Xavier Díaz-Lacayo aludió a las elecciones locales como un fenómeno social en desarrollo, asentado en el país a partir de los últimos 15 años.
“Es un hecho que, con la reconquista del poder por parte del Frente Sandinista en 2007, se inició una etapa de estabilidad hacia el desarrollo que promueve precisamente el correspondiente local”, comentó Díaz-Lacayo en diálogo con Prensa Latina.
CONFIANZA EN EL MODELO
Según el experto, al analizar el número de alcaldías existentes en el país en los años 90 con las de ahora, debe existir actualmente un incremento de aproximadamente ocho por ciento.
“Eso quiere decir que lo que eran comarcas, pequeños asentamientos, elevaron la categoría de calidad de convivencia, servicios internos y poder conservarse en el ámbito de la relación del individuo, la familia, y la comunidad con el territorio”, explicó.
Al decir de Díaz-Lacayo, el esquema de planteamientos que hace el gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) está orientado hacia la erradicación de la pobreza extrema, así como al desarrollo social y económico.
En ese sentido, significó que las alcaldías en las municipalidades tienen un reto de desarrollo a partir del aumento de capacidad instalada de infraestructura como agua, saneamiento, carreteras, productos de origen y rescate de las tradiciones, lo cual empodera el desarrollo humano local.
“La ciudadanía tiene confianza en el modelo, más allá de las personalidades. Es una confianza en los principios”, enfatizó.
De ese modo, argumentó, la robustez del sistema permite que la confianza se mantenga y sostenga tanto en las elecciones presidenciales como en las municipales.
El analista sociopolítico apreció, como uno de los principales valores de la restitución de derechos de la Revolución sandinista en la reconquista del poder, la auditoría social. “El ciudadano que está en la calle audita por lo que ve, la participación, la movilización, el respaldo y los indicadores de desarrollo personal”, señaló.
Recordó cómo hace 25 años Nicaragua tenía zonas de guerra, las cuales en la época neoliberal se convirtieron en lugares abandonados, y gracias a la Revolución sandinista se recuperaron y hoy los municipios disfrutan de ellas.
“Son polos de desarrollo, zonas atravesadas por carreteras con características de primer mundo que, además del transporte, vinculan incluso las culturas del Atlántico con las del Pacífico, con todas las bondades que eso significa para la identidad nacional y el rescate de la historia”, aseveró.
En esa línea, Díaz-Lacayo se refirió al hecho de que, si alguna municipalidad no goza de la representación del FSLN como cabeza, “la población es la que pierde, no el frente”.
“Porque el modelo nuestro es universal, no excluyente, de modo que, si hemos evolucionado como un país orientado hacia la calidad, la satisfacción y la excelencia, no dudo que ese respaldo lo patentice la mayoría”.
RUMBO A LOS COMICIOS
La presidenta del CSE, Brenda Rocha, aseguró recientemente que las elecciones municipales de noviembre marcarán un hito histórico en Nicaragua, porque se aplicará de acuerdo con la reforma de la ley electoral.
Para Rocha, la normativa fortalece el papel de los partidos políticos y “garantiza la equidad de género en este nuevo contexto de fortalecimiento democrático que vive la nación”.
El padrón electoral es de casi cuatro millones de votantes, específicamente tres millones 722 mil 884, quienes elegirán a sus representantes locales entre dos alianzas de partidos y cuatro organizaciones políticas.
De acuerdo con analistas consultados por Prensa Latina, la fuerza política más importante es la Alianza Unida Nicaragua Triunfa, integrada por nueve partidos y encabezada por el FSLN.
También participarán en la contienda electoral la Alianza Partido Liberal Independiente, y las organizaciones políticas Yapti Tasba Masraka Nanih Asla Takanka (Yatama); Alianza Liberal Nacionalista (ALN); Alianza por la República (APRE) y el Partido Liberal Constitucionalista.
Según informes del CSE, para la fiesta cívica de noviembre el número de candidatos presentados suma más de 27 mil distribuidos por los 153 municipios de la geografía nicaragüense.
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