No es a los obreros a los que hay que requisar, sino a los patrones de TotalEnergies y de Esso-ExxonMobil para obligarlos a aumentar los salarios, afirmó el secretario nacional del Partido Comunista, Fabien Roussel, tras el anuncio de la primera ministra Elisabeth Borne de la orden dada a los prefectos de intervenir en dos depósitos de Esso bajo paro.
De acuerdo con Roussel, la solución a la crisis es que los trabajadores obtengan el incremento del 10 por ciento de los salarios solicitado, razón por la que fueron hace más de una decena de días a la huelga que afecta a cinco de las siete refinerías del territorio metropolitano, causando penuria de combustible en un 30 por ciento de las estaciones.
Por su parte, la jefa de la bancada de La Francia Insumisa (LFI) en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, responsabilizó al Gobierno por el caos imperante, que definió como “miles de estaciones secas” y denunció la avaricia de las multinacionales.
TotalEnergies y Esso-ExxonMobil se llenan de miles de millones de euros de beneficios y el Gobierno no quiere fijar impuestos a las “superganancias”, advirtió en la Cámara Baja, donde la primera ministra informó sobre la intervención en los depósitos de la compañía estadounidense e instó a Total y a los sindicatos a solucionar la crisis.
La diputada Panot señaló que los obreros reclaman en la lucha lo que se les ha negado en la Asamblea Nacional, acusando al Ejecutivo de impulsar una política antisocial.
Los que bloquean son ustedes, somos solidarios con los huelguistas de hoy y los de mañana que buscan la justicia social, subrayó.
También el parlamentario de LFI Manuel Bompard respaldó a los trabajadores en paro y fustigó al Gobierno por “proteger las superganancias de las petroleras, optando por reprimir la huelga”.
El primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, exigió igualmente que se establezcan impuestos para las “superganancias”.
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