El artista tuvo la suerte de crecer junto a Balmaseda por la amistad y el vínculo profesional que le unió con su padre René de la Cruz (1931-2007), con quien trabajó en el Teatro Político Bertolt Brecht y sobresalió por sus excepcionales condiciones artísticas y humanas.
En declaraciones a Prensa Latina, de La Cruz recordó su participación en la obra Andoba y La Panadería dirigidas por Balmaseda y, esta última, estrenada en la propia institución cultural que hoy acoge sus cenizas y le despide para siempre con flores, fotografías, frases y videos.
Según puntualizó René, el apodado Mulato de Oro personificó la elegancia del actor y el teatro cubanos. Se consagró a su carrera con dedicación plena y destacó por la humildad y honestidad que manifestó a los colegas con quien trabajó, inclusive para advertirle de alguna equivocación.
Hoy estoy depidiendo a un tío muy querido. Me decía jocosamente «mi ‘apá» porque de niño yo llegaba al teatro preguntando ¿Mi apá está ahí? y la frase se quedó como un apodo entre los más cercanos del grupo, al igual que «croquetica» porque siempre le pedía dinero para comprar, rememoró entre lágrimas el hijo de Julito el pescador.
El artista convidó a recordar, respetar y tener más presente a Balmaseda por el hombre gigante que fue en la escena y en la vida, e instó a realizar más acciones en su memoria para no dejar morir su legado tanto en el mundo de las tablas como en la televisión y la cinematografía de la nación.
Creo que Cuba le debe muchos momentos importantes y debe reconocerle en los más diversos roles. Para mí fue un educador de muchas generaciones que enseñó con el ejemplo, frente al decanato del Instituto Superior de Arte y en la asesoría de importantes galas y eventos culturales de este país, sentenció.
Al mismo tiempo instó, pese a la tristeza y el dolor profundo de su partida física, a recordarle con alegría porque eso fue lo que transmitió en vida al igual que Aurora Basnuevo y Rogelio Martínez Furé, quienes fallecieron el pasado 26 de septiembre y 10 de octubre, respectivamente.
Salúdame al viejo. Te vas a encontrar con Luis Gilí y tu hermano René, escribió de La Cruz en el libro de condolencias que devuelve a Balmaseda en escritos emotivos sellado en papel tinta todo el amor, el cariño, el respeto, los consejos y los recuerdos que a tantas generaciones regaló.
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