Entre las demandas está la apertura de negociaciones con la dirección para el incremento del sueldo y las prestaciones, en un escenario de pérdida del poder adquisitivo por el avance de la inflación, que en los últimos meses ha rondado el seis por ciento de variación interanual.
Las empresas SNCF, encargada de las operaciones de los trenes, y la RATP, red de autobuses de la Región Parisina, serían las afectadas por la huelga, anunciada en un contexto complejo, tras un paro de más de dos semanas en refinerías y depósitos de las petroleras ExxonMobil y TotalEnergies para exigir un aumento salarial.
La CGT-Ferroviarios manifestó su apoyo a los huelguistas, en particular a los requisados (obligados a trabajar) por el Gobierno para poner fin a una protesta que paraliza refinerías e impacta el suministro de gasolina y diésel en tres de cada 10 estaciones proveedoras del país, muchas de ellas cerradas.
Esta mañana, el secretario general de la Confederación, Philippe Martinez, informó que propondrá realizar el propio 18 de octubre una protesta nacional de trabajadores de empresas públicas.
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