De acuerdo con el sitio informativo Shine, con ese objetivo la metrópoli aumentará la promoción de esos coches y además ampliará a más de 80 por ciento las unidades incorporadas al transporte público.
El proyecto contempla también la instalación de 760 mil estaciones de recarga para los eléctricos y aparte habrá otras 70 para 10 mil vehículos propulsados con celdas de hidrógeno que deben estar en circulación.
De esa manera Shanghái se plantea construir un sistema de transporte inteligente y verde, mientras se esfuerza por cumplir con los planes nacionales de alcanzar el pico de emisiones de dióxido de carbono para 2030 y de lograr la neutralidad del químico en 2060.
Todas las provincias y grandes ciudades de China diseñan sus propios programas con vistas a lograr ambas metas, mientras el país alienta con estímulos tarifarios el cambio a los vehículos eléctricos.
Cifras oficiales indican que en septiembre pasado las ventas nacionales de esos coches tuvieron un alza interanual de 11 por ciento y había alrededor de 11 millones de unidades con matrículas registradas.
En ese contexto, la automotriz china BYD vendió 641 mil vehículos eléctricos en todo el mundo desde principios de este año y así nuevamente superó a la estadounidense Tesla.
Dicha compañía nació en 1995 centrada en la manufactura de baterías recargables y un enfoque ecologista. Pero en 2005 adquirió Qinchuan Machinery Works e incursionó con igual éxito en la fabricación de coches hasta convertirse 10 años después en la mayor productora mundial del sector.
Sus carros ruedan en países de América Latina como Colombia, Brasil y Chile, así como en Europa con la llegada en 2020 a España y Noruega.
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