El bloqueo pone trabas ante el proceso de adquisición de fármacos para afectados por enfermedades cardíacas, hematológicas, cáncer, esclerosis múltiple, hepatitis C, diabetes, leishmaniasis y trasplantes de riñón entre otras, precisó Jamal Khamis, director de Enfermedades Transmisibles y Crónicas en el Ministerio de Salud.
Subrayó que la ‘Ley César’, impuesta a mediados del 2020, dificultó aún más la llegada de materia prima para las fábricas de medicamentos nacionales, en particular para envasar los medicamentos y ámpulas, además de reactivos de laboratorio.
El Gobierno subsidia a 23 tipos de medicamentos genéricos y los vende a precios asequibles, y la demanda a esos fármacos se disparó debido a la difícil situación económica de los enfermos, que ya no pueden comprarlos, explicó el funcionario.
Denunció que las empresas europeas dejaron de tratar con entidades sirias y de exportar medicamentos al país por temor a ser sancionadas, lo que elevó los altos costos de importarlos a través de terceros.
Antes de la guerra que comenzó en 2011, Siria disponía de 70 plantas de medicamentos cuya producción cubría el 93 por ciento de las necesidades del mercado nacional y, además, exportaba a más de 44 países.
Las acciones terroristas causaron la destrucción y salida de servicio de 19 plantas, sin embargo, el Gobierno reactivó esa industria y las instalaciones que en 2019 llegaron a 92, pero no funcionan a plena capacidad debido a la guerra económica y sólo cubren el 70 por ciento de las necesidades.
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