Cuando ese destacado colectivo se apresta a celebrar el medio siglo, el directivo evocó el protagonismo del entonces presidente cubano y en particular sus desvelos relacionados con el cultivo y el aprovechamiento de las propiedades de la moringa, una planta de notables valores medicinales.
Se refirió a la presencia del líder histórico en la inauguración de la planta de sueros en 1988, como parte de vínculos sostenidos a lo largo de este tiempo en sus empeños por el fomento de la medicina natural y tradicional, principalmente de los productos farmacéuticos derivados de esa práctica.
Las transformaciones del LBF en función de ampliar y consolidar sus aportes al sistema sanitario cubano incluyeron recientemente la apertura de una planta virtualmente nueva de suelos parenterales, tras un proceso de mejoras tecnológicas en una inversión cercana al millón de euros.
Igualmente, fue incorporada una moderna unidad para la fabricación de sales y polvos para la rehidratación oral, con la cual pueden abastecer a todo el país de esos necesarios preparados de notable uso en la red de hospitales.
A lo largo de estos 50 años, el LBF mantuvo una constante actualización y no cesan de crear, con los productos de origen natural como incentivo principal de su grupo de investigación y desarrollo, además de las líneas destinadas a las hemodiálisis y las vendas enyesadas.
En el listado de suplementos nutricionales y medicamentos se incluyen las tabletas de extracto de caña santa, de probada eficacia ante la hipertensión arterial; de pasiflora como ansiolítico; de caléndula y de anamú, este último para fortalecer el sistema inmune.
Un proyecto acariciado por los trabajadores y que marcha con buen paso es el de las pastillas basadas en la levadura de cerveza, con reconocidas virtudes a partir del complejo vitamínico B completo, nutrientes, sales minerales y aminoácidos esenciales.
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