La colección, distinguida como tal por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) desde 2013, reúne el acervo revolucionario, ensayístico, periodístico, biográfico y testimonial en alrededor de 431 manuscritos y 567 legajos sobre el médico argentino-cubano.
De acuerdo con María del Carmen Ariet, doctora en Ciencias Históricas y coordinadora científica de esa institución capitalina, el Che despertó siempre numerosas inquietudes y críticas en su condición de uno de los principales dirigentes tras el triunfo de la Revolución Cubana.
Por ello, apuntó la experta en declaraciones a Prensa Latina, el asedio contra su figura determinó, asimismo, la tergiversación respecto a la legitimidad o existencia de esos documentos, reconocidos actualmente por la Unesco en sus tres categorías: nacional, regional y mundial.
Entre los ejemplos señalados por la académica resalta el cuestionamiento de los detractores sobre sus estudios de medicina “porque fue una carrera meteórica y, a la vez, fragmentada, al emprender su recorrido por Argentina y luego por otros países del continente y asumir, por un tiempo, como enfermero en Buenos Aires”.
Ese expediente que lo acredita como médico, desaparecido durante la dictadura de Jorge Rafael Videla (1976-1983), está a salvo y reconocido, y guardan también su carnet otorgado por el Ministerio de Salud Pública de la Nación y expedido el 24 de junio de 1953.
“La Unesco entendió que no es un archivo muerto, pues de manera permanente nos pueden facilitar discursos o entrevistas concedidas en el exterior y fotografías. Es decir, constituye un mundo infinito y, por tanto, no es una colección cerrada, está en constante retroalimentación”, expresó Ariet.
COLECCIÓN DEL CHE
El primer paso fue la organización de todos los archivos personales y la segmentación por etapas desde su infancia, adolescencia y juventud, los procesos y centros de formación e inquietudes de lectura, “gusto que le acompañó hasta la muerte”, en la conformación de una ética, comportamiento y cultura.
El segundo período corresponde a su recorrido desde Córdoba, Argentina, hacia otros estados de América del Sur: Perú, Chile, Colombia y Venezuela, a comienzos de 1952, con apenas 23 años de edad y a bordo de una motocicleta denominada La Poderosa II.
Según Ariet conservan sus memorias, conformadas a partir de diarios y crónicas de viaje, pues “acostumbraba a escribirlo todo”; sumado a su poesía y análisis literario, textos que experimentaron un proceso minucioso de transcripción, certificación de su grafía y autentificación.
También resguardan sus valoraciones sobre la lucha armada en la Sierra Maestra, a partir de Diario de un combatiente, publicado en formato de libro por el centro en 2011, como parte de interés en la investigación y divulgación de la impronta teórica y práctica del Che.
El volumen recoge acontecimientos emblemáticos de la historia cubana, desde la llegada del yate Granma a las costas caribeñas, el 2 de diciembre de 1956, hasta el triunfo de la Revolución Cubana, el 1 de enero de 1959, y expresa, a juicio de los estudiosos, el respeto, entrega y compromiso con la liberación de la isla.
De esta época son, asimismo, los Pasajes de la guerra revolucionaria, cuya primera edición fue revisada y ordenada por el propio Che, y, posteriormente, la visión del guerrillero como dirigente, acreditada por discursos, ensayos y una interpretación conceptual de aquellos primeros años.
Finalmente, la etapa de solidaridad e internacionalismo provista de memorables crónicas del Congo y Bolivia, y un diario inconcluso de este último destino, con los cuales «perseguía que esos resultaran pauta, fuente y referencia para los países independientes y soberanos».
En resumen, la inserción tuvo en cuenta otros criterios como la clasificación cronológica y temática, validación de su procedencia, originalidad y conservación de los mismos; así como, la demostración de su importancia, singularidad e imposibilidad de reemplazarlos en el orbe.
Dentro del expediente presentado ante el organismo internacional, el Centro incorporó avales de reconocidos intelectuales y académicos, entre ellos, del escritor y periodista Eduardo Galeano quien respaldó el valioso aporte del archivo documental vinculado a la existencia y pensamiento del guerrillero. “Nadie ignora que el Che es un símbolo universal, celebrado en los más diversos lugares y cantado en las más diversas lenguas. Su memoria se enciende y crece, porque ella encarna la energía de la dignidad humana (…) El Che, vencido, derrota al olvido cada día”, añadió en apoyo a la candidatura.
Este año, el programa Memoria del Mundo de la Unesco, celebra su 30 aniversario y, de conjunto con otras oficinas latinoamericanas y cubanas, invitó desde el pasado 27 de octubre hasta el venidero sábado a la conmemoración del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.
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