“Esa política surgió en los inicios de la década de 1960 como una reacción a la obra social de la Revolución en beneficio del pueblo y las nacionalizaciones de los grandes latifundios y los recursos naturales del país; los gobiernos estadounidenses no han tolerado nunca un Estado socialista en sus propias narices”, afirmó Sánchez.
El embajador intervino en el panel Estados Unidos y la agresión imperial contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, junto a sus pares de esos países Elías Chévez y César Trómpiz, respectivamente, en el centro cultural Nayra Wiri.
Incluyó en su plática las ambiciones anexionistas de las que alertó José Martí en el siglo XIX y la intervención de las tropas norteamericanas cuando agonizaba el dominio español, para imponer una República neocolonial.
Comentó que el triunfo de la Revolución encabezada por Fidel Castro en 1959 barrió las estructuras neocoloniales y eso dio origen en Washington al surgimiento de un entramado de leyes que tienen como objetivo rendir por hambre y desesperación al pueblo cubano encadenadas a lo largo de 60 años.
Eso es lo que el mundo conoce hoy como bloqueo económico, comercial y financiero.
Sánchez se refirió a la reciente presentación en Naciones Unidas por trigésima vez de un proyecto de resolución sobre la necesidad de poner fin a esa política a la que denominó genocida, y recordó que fue respaldada por 185 países, con el único rechazo de Estados Unidos e Israel y la abstención de Brasil y Ucrania.
“En los últimos seis meses del Gobierno de Joseph Biden las pérdidas diarias por ese concepto equivalen a 15 millones de dólares”, refirió.
Recordó que durante su mandato Donald Trump añadió a esa estrategia de represalias de todo tipo otras 243 con el objetivo de destruir la Revolución.
Describió que en medio de las condiciones de la pandemia de Covid-19 se aplicaron esas medidas, las cuales en su mayoría mantiene el mandatario Biden, y por eso era imposible adquirir oxígeno en ese país al igual que medicamentos incluso para niños con cáncer.
Sánchez explicó que el bloqueo es el principal obstáculo para el desarrollo del país porque impide la importación de piezas de repuesto para reparar las viejas centrales energéticas y el uso del dólar en las transacciones internacionales, además de obstruir las inversiones extranjeras.
Indicó que para comprar algunos alimentos en Estados Unidos son necesarios permisos especiales y para ello Cuba debe pagar por adelantado.
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