Del patrimonio sonoro que se gesta en la isla fueron testigos los asistentes a la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, a propósito de la agenda desplegada por el Festival Habana Clásica durante su cuarta edición.
Según los organizadores, cada uno de los tres movimientos y su epílogo, recreó una propuesta diferente que se basa en una etapa específica, histórica y estética, pero a tono con el presente en una suerte de vitral sonoro de La Habana.
La pieza, concebida a partir de un encargo para la Sociedad General de Autores y Editores, sin ánimo de lucro (SGAE) tuvo su estreno durante los festejos por los 500 años de la Ciudad Maravilla y, en palabras de su autor, es un paseo por la sonoridad de la urbe en sus primeros cinco siglos.
En este sentido, resaltaron las alusiones a géneros como la contradanza, la habanera o el son en toda la obra compuesta para flauta, violín, piano y acompañada por la Orquesta Sinfónica Nacional.
Como homenaje al devenir de la capital de los cubanos y plegaria por su destino también se sumaron al empeño musical la flautista, Niurka González, la violinista Yilian Concepción y el pianista Marcos Madrigal, director artístico del Festival.
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