El catedrático cubano concedió la siguiente entrevista a Prensa Latina en relación con la intensa actividad desplegada en esos 14 días.
¿Qué nos puede decir sobre su contribución a la causa de la beatificación del Padre Félix Varela durante esta visita al Vaticano?
Durante mi estancia en la Santa Sede, considero útil destacar un grupo de ideas que animaron la visita, y que para mi satisfacción se lograron materializar, la primera de ellas ubicada a partir de mi obra sobre Félix Varela y su vinculación a la actual causa de beatificación en curso, por parte de la Santa Sede.
Durante varios meses, a través de la Embajada de Cuba ante el Vaticano, en coordinación con la Pontificia Universidad Lateranense y la Academia Pontificia para la Vida, se había estado trabajando en organizar una Conferencia en ese plantel, donde convergieran un grupo de actores, con ideas que dieran a conocer la figura de Varela y, presentaran el momento actual en el que se encuentra su proceso de beatificación.
Fue mediante esa cooperación que logramos construir un evento en esa prestigiosa institución, también conocida como Universidad del Papa, unificando un grupo de ideas sobre el sacerdote cubano.
Se presentaron en la misma intervención del presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, monseñor Emilio Aranguren Echevarría; el actual postulador de la causa de Varela, monseñor Vincenzo Paglia; el rector de esa Universidad, Vincenzo Buonomo; el Embajador de Cuba ante la Santa Sede, René Mujica Cantelar; y también la mía.
En mi opinión, el evento representó un paso más en el avance por la causa de una figura que constituye, para nosotros los cubanos, el “padre” de los padres fundadores de la nación, de la ética, de las ciencias y de la conciencia del pueblo.
Nosotros los cubanos, desde hace dos siglos le llamamos el Santo Sacerdote, porque no sólo nos enseñó a pensar con ética y con métodos, sino que también fue un modelo de virtudes, un ejemplo de ciudadano y de patriota.
Desde otro ángulo, creo que son significativas un grupo de ideas expresadas por el postulador, monseñor Paglia, entre las que pienso vale la pena resaltar las siguientes:
“Varela es una de las personalidades más relevantes de la historia de Cuba, pero también de España y de Estados Unidos. Sin él no podría explicarse la historia del siglo XIX en estos tres países. Su rica personalidad hace que tenga muchas facetas: sacerdote, filósofo, diputado promotor de la independencia de Cuba y director de un periódico revolucionario.”
“En él se abrazan la filosofía, la ética, la pedagogía y la política como un todo que impulsó el proyecto nacional de Cuba. Todo ello se une en este sacerdote, el Padre Varela, que murió con fama de santidad.”
“Ahora la Iglesia ha dado un paso más. Ha estudiado su vida y sus virtudes heroicas. Lo más reciente: ha averiguado que posiblemente ha habido una curación milagrosa por la intercesión de quien es considerado padre de la patria cubana”.
De todas las consideraciones que expuso el monseñor Paglia, deseo destacar una en particular: “Varela puede ser, yo creo, un puente entre América del Norte y Cuba y América Latina . Y hoy nosotros necesitamos de este puente, porque si continuamos divididos, el mundo sera peor”.
Efectivamente, vivimos tiempos extremadamente complejos donde corre peligro la civilización plena del hombre, la raza humana y la propia existencia del planeta”.
“Cuidar el comportamiento, no sólo del ser humano, sino también el de naciones plenas, tendría una base sólida en hombres que, con sus ideas y sus vidas, como en el caso de Félix Varela, enseñaron que todo ser humano es un hermano; que sobreviviremos todos o pereceremos todos y ello será, de una forma u otra, según piensen, sientan y actúen los hombres.
¿Qué otras actividades desarrolló en la Santa Sede?
Entre otros momentos no menos importantes durante la visita, merece citarse mi encuentro, en la sede de la Pontificia Academia Para las Ciencias Sociales, con Su Eminencia el Cardenal Peter Turkson, presidente de la misma, quien me ofreció la posibilidad de presentar mi currículo para solicitar a la Comisión de dicha prestigiosa institución, mi posible ingreso a la misma.
Este gesto constituye un gran privilegio y, de materializarse, sería para mí un alto honor al humilde trabajo que he realizado.
Otro momento importante de mi visita fue la posibilidad por vez primera de presentar una conferencia sobre José Martí en una institución académica católica, en este caso la Pontificia Universidad Antonianum, a través de su Facultad de Filosofía y la Cátedra de Pensamiento Latinoamericano, gracias a la generosidad de su rector, Fray Agustín Hernández Vidales.
Lo más destacado fue la posibilidad de establecer una relación permanente, e intercambios entre nuestras universidades, para contribuir a entender mejor a Nuestra América, la llamada Latina.
Pero, debo significar, además, que me sentí privilegiado, cuando junto a mi esposa, participamos en la Audiencia General del Papa celebrada el miércoles 16 de Noviembre. Gracias a la gentil disposición de la Secretaría de Estado, la Prefectura de la Casa Pontificia y el Protocolo Vaticano, tuvimos la satisfacción de saludar personalmente a Su Santidad, a quien también entregamos, junto a una carta, el obsequio de un ejemplar de mi libro: “Félix Varela. Los orígenes de la ciencia y conciencia cubanas”.
El encuentro con el Sumo Pontífice fue profundamente conmovedor y habla en sí de cuánto amor profesa el Papa Francisco a los latinoamericanos que tanto lo respetamos.
¿Considera usted que se cumplieron los objetivos previstos?
Creo que si. Algo a destacar de mi estancia en estos días en la Santa Sede, es la intensidad del trabajo realizado, ya que tuve la posibilidad de reunirme con personalidades que dejaron en mí una profunda impresión por su calidad humana e intelectual.
De ello, lo más emocionante, es comprender cuánto pueden crear el amor y la buena voluntad en una relación que en nuestra América Latina expresa la profundidad de las raíces que nos sostienen.
No puedo dejar de expresar mi profunda gratitud a todos quienes contribuyeron, no sólo al desarrollo exitoso de la visita, sino también a la creación de nexos que dan continuidad a una historia de siglos.
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