Una de las principales maestras de esta manifestación artística de Cuba, Vicentina de la Torre (1926-1995), no desaprovechó las intenciones del propio proceso revolucionario de extender la cultura al pueblo en todas sus expresiones.
Surgió entonces el Ballet de Camagüey el 1 de diciembre de 1967 “que se caracteriza por un amor infinito al arte que profesa”, dijo su actual directora Regina Balaguer, con tres décadas al frente de la institución.
Formadora de mejores seres humanos, más allá de las artes, la academia que es una extensión de la respetable Escuela Cubana de Ballet, cuenta con el prestigio internacional y el reconocimiento en el mundo del espectáculo.
“Y hemos tenido años muy duros, porque claro que nos afecta la situación económica y el éxodo de los bailarines, pero eso no nos ha limitado, y hoy desarrollamos un extenso programa con figuras jóvenes de muchas perspectivas”, dijo Balaguer del actual cronograma de festejos.
Desde el mes de febrero, la compañía no ha parado para celebrar el cumpleaños, incluso dos de sus miembros estuvieron en el Festival Internacional de Ballet de La Habana.
Hilda María Martínez una de las homenajeadas en este 55 aniversario, refirió que el Ballet de Camagüey es una escuela a la que estará eternamente agradecida.
“Me permitió formarme como persona, como bailarina, y conocer luego el mundo llevando su obra”, señaló
Dijo quien desde 1981 impartiera clases en la institución, tras su graduación ese año en la Unión Soviética en el Instituto de Cultura Nadiesda Konstantina, en 1981.
Con apenas 22 años Harold Báez va asumiendo papeles protagónicos en la institución; junto a Shirley Suárez (21), pareja de baile.
Ambos agradecieron la oportunidad de seguir en crecimiento profesional, en tanto bailaran en los distintos espectáculos que se desarrollan por estos días en los teatros de la ciudad.
«Estoy emocionada y feliz por ser la solista de Cascanueces que es una obra emblemática, estamos ambos muy agradecidos de esta oportunidad, han sido jornadas muy duras y de sacrificio”, significó Suárez.
Estrechamente vinculado a la Academia de las Artes Vicentina de la Torre, el Ballet de Camagüey cuenta además con el Centro de Promoción Fernando Alonso, un espacio que surge hace 30 años para también abrirle las puertas a las jóvenes generaciones, amantes del arte.
En una ciudad con uno de los más importantes caudales culturales y patrimoniales de Cuba, el Ballet de Camagüey se alza como emblema, uno que llega a sus 55 años, llenos de luz y danza.
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