Así se constató en la más reciente reunión para chequear las marcha de esos trabajos, encabezada por el presidente Miguel Díaz-Canel y con la participación vía telemática de las principales autoridades de los territorios afectados por el huracán a su paso por el occidente de Cuba, el 27 de septiembre último.
En Pinar del Río, la provincia donde los vientos y las lluvias causaron los mayores estragos, el problema fundamental se centra en la reconstrucción de casi 94 mil viviendas, mientras que poco más de 11 mil familias ya lograron recuperar sus casas y según las autoridades otras 22 mil ya adquirieron materiales para las reparaciones.
Al respecto, Díaz-Canel insistió en la necesidad de continuar apoyando a esa provincia, donde tras un enorme esfuerzo ya fue restituido el servicio eléctrico a todos los clientes del sector residencial e igualmente se avanzó en la solución del abasto de agua con la puesta en marcha de la mayoría de las fuentes del territorio.
Según expresó el mandatario en el encuentro, en las provincias de Mayabeque, La Habana y el municipio especial Isla de la Juventud ya ha sido restañado el 50 por ciento de los daños del huracán, con notables avances en la recuperación del fondo habitacional, la agricultura y otros sectores.
Tras el paso del evento hidrometeorológico todo el país se volcó en apoyo a las provincias afectadas, con el envío de brigadas para cooperar en la recuperación del tendido eléctrico, reparación de viviendas, resiembra de campos inundados y otras muchas labores.
Igualmente, gobiernos de países amigos, entidades internacionales, cubanos residentes en el exterior y personas solidarias con Cuba, enviaron ayuda para la reconstrucción, ante la falta de recursos del país, acrecentada por las presiones del bloqueo de Estados Unidos por más de seis décadas.
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