La ministra del ramo Lubana Mashouh, dijo en sus palabras pronunciadas durante el acto, que se trata del quinto elemento del patrimonio cultural inmaterial sirio inscrito como patrimonio de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Este elemento ya ocupa su merecido lugar en el mapa del patrimonio humano mundial, un logro alcanzado pese a la guerra, el asedio y todas las dificultades que vive el pueblo sirio, manifestó la titular.
Consideró que Siria, desde los albores de la historia, da y sigue dando creatividad y belleza, y está apegada a su herencia e identidad cultural, y los sirios trabajan con diligencia y paciencia para preservar y mejorar su rico patrimonio y garantizar su sostenibilidad.
A su vez, Shadi al-Ashi, el secretario ejecutivo del Fondo Sirio para el Fomento dijo que este logro es el fruto de un trabajo colectivo de muchos organismos oficiales y no gubernamentales.
La celebración incluyó la proyección de un documental que narra la historia de este instrumento musical, además de interpretaciones del mismo por parte de laudistas de diferentes generaciones.
El laúd es un instrumento tradicional de cuerda que se toca en Siria y consiste en una caja de resonancia en forma de pera confeccionada con madera de nogal, rosa, álamo, ébano o albaricoque.
El músico coloca el instrumento de cuello corto sobre su pierna, trasteando con una mano y punteando los acordes con la otra.
Se trata del quinto elemento del patrimonio sirio incluido en la lista de la Unesco para patrimonio inmaterial después de Al-Qudad-los cantos tradicionales de Alepo, la Rosa de Damasco, el Teatro de Sombras y la cetrería y la caza.
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