Los santiagueros reeditaron así aquella otra jornada dominical con que los cubanos pusieron fin a una semana que conmovió al archipiélago de punta a cabo, con el recorrido de la urna funeraria que salió desde La Habana a raíz de la partida física del líder histórico de la Revolución, el 25 de noviembre del 2016.
Una ofrenda floral en nombre del pueblo de Cuba fue depositada ante el monolito que guarda los restos, junto al Mausoleo al Héroe Nacional José Martí y los monumentos a Carlos M. de Céspedes y Mariana Grajales, el Padre y la Madre de la Patria, respectivamente.
Desde la fecha de su deceso, la urbe ha sido epicentro de múltiples expresiones de recordación a quien llegó a sus predios siendo un niño, transitó algunos años de la temprana adolescencia y volvió, al frente de jóvenes revolucionarios, a asaltar el Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953.
En numerosos rincones de la trama urbana está su huella, con el cenit de la proclamación del triunfo de la Revolución cubana desde los balcones de su Ayuntamiento Municipal, el primero de enero de 1959.
Por esas razones no fue de extrañar que en las primeras horas de un domingo, ese día destinado por lo regular al descanso y el esparcimiento, tantas personas se dieran cita para reverenciarlo y confirmar aquella frase del poeta:¡ “Es Santiago de Cuba. No os asombréis de nada”!
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