De acuerdo a los datos facilitados en el informe, los dos picos de la epidemia se reportaron en la primavera y en el otoño de 2020, donde las muertes diarias superaron las dos mil 500, entre finales de marzo y mediados de abril, y por encima de los dos mil fallecimientos en noviembre y la primera quincena de diciembre.
En el cómputo anual esto supuso un incremento de la mortalidad cercano al 10 por ciento en relación con años anteriores, en concreto 55 mil decesos más que en 2019, con especial incidencia entre personas mayores de 70 años, y más hombres que a mujeres, según el documento.
Desde el punto de vista geográfico, los territorios más afectados fueron la región de París, y en particular los municipios periféricos de la capital, donde la mortalidad se incrementó en cifras cercanas o ligeramente superiores al 20 por ciento con respecto al promedio de los últimos años.
Otras regiones, como Grand Este y Auvernia-Ródano-Alpes, sufrieron igualmente altas tasas de mortalidad durante la primera y la segunda ola de la epidemia, registrando un exceso de la mortalidad de entre 13 y 15 puntos porcentuales, de acuerdo al estudio.
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