Devotos locales y extranjeros arriban en peregrinación hacia la Basílica erigida allí a la santa, por vías terrestres reparadas y custodiadas por autoridades para facilitar el acceso a la mayor fiesta del devocionario católico nacional.
La pequeña ciudad, considerada capital espiritual de Paraguay, inició el 28 de noviembre el tradicional novenario con homilías de obispos y otras figuras del clero por el Día de la también llamada Virgencita Azul, que centraron sus palabras en insuficiencias en la atención del Gobierno al pueblo, como la falta de una adecuada atención médica.
Funcionarios locales calculan que los homenajes anuales iniciados entonces a la deidad (advocación de la Virgen María) concentrará a unos cuatro millones de creyentes durante la totalidad de actividades de culto, conocidas en el resto del mundo por el peregrinaje de ida y vuelta.
Muchos del os misioneros que vienen desde dentro y fuera del país recorren extensos territorios a pie, en bicicleta, carretas y otros vehículos hasta esta urbe para cumplir promesas y buscar la bendición de la Virgen en la mayor festividad mariana del país.
Entre las últimas homilías del novenario a la Virgen, figuró este miércoles la del obispo del departamento de Coronel Oviedo, Juan Bautista, quien cuestionó el Plan Nacional de Transformación educativa, al llamar al Gobierno a “incluir a todos”.
“No podemos tener esperanza en el desarrollo de la transformación educacional solo pensando en unos pocos y en el empobrecimiento de muchos”, afirmó, sin abandonar la línea crítica de anteriores autoridades eclesiásticas ante los feligreses.
Tener esperanza no es dejar al hombre para que viva ensimismado, es pensar en el sufrimiento del pueblo, subrayó.
El obispo lamentó la situación de la población paraguaya, que carece de los medicamentos necesarios pese a cumplir su aporte con el Instituto de Previsión Social, pues cuando enferman -puntualizó- faltan esos insumos y la atención médica.
La autoridad religiosa la emprendió contra la corrupción, que considero “generalizada”, y afirmó que la impunidad de los grandes “está acabando con nuestra nación”. Esperamos que el poder judicial administre la justicia, sentenció.
El santuario Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, el más emblemático de Paraguay, inspirado en la iglesia romana de San Pedro, comenzó a construirse en 1945, y, en 1962, la obra fue inscrita, aunque se dio por terminada en 2006.
La visita del papa Francisco en julio de 2015 elevó a basílica menor la categoría el santuario.
La Virgen de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, también llamada Virgencita de Caacupé, Inmaculada de Caacupé, o, sencillamente, María de Caacupé, está consagrada como la Patrona y Señora Protectora de la República de Paraguay.
El diseño de la figura de la Virgen tallada en madera, de unos 50 centímetros, muestra la imagen de rostro ovalado, ojos azules y cabellera rubia, con sus manos unidas en oración sobre el pecho, y viste una túnica blanca y un manto azul celeste, bordados en hilos de oro.
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