Por Claudia Hernández Maden
Redacción de Cultura
Justo la XXX Feria Internacional del Libro de La Habana experimentó los altibajos de la pandemia al celebrarse del 20 al 30 de abril, dos meses después de su fecha habitual pero a tono con su objetivo: reverenciar a las letras de México y sus escritores, país invitado de honor.
La cita caribeña dio la bienvenida al buque ARM Huasteco, de la Secretaría de Marina Armada de México, que desembarcó en La Habana con miles de libros, sumado a materiales y donativos para instituciones cubanas.
Consolidada como plataforma de diálogo entre ambas naciones, esta resultó la segunda ocasión que México figura como invitado al evento cultural de mayor convocatoria en la nación antillana, pues la primera vez aconteció en 1998.
Gracias a la disposición de México disfrutamos su acervo pasado y contemporáneo, refirió entonces el ministro cubano de Cultura, Alpidio Alonso, en alusión a la presencia de sellos editoriales notables como el Fondo de la Secretaría Nacional.
Desde su sede habitual en el Complejo Militar Morro-Cabaña, la Feria que abrió puertas a visitantes locales y extranjeros, estuvo dedicada a los intelectuales Alberto Prieto y Luis Álvarez, ganadores de los premios nacionales de Literatura, y Ciencias Sociales y Humanísticas.
El jurado del Premio Nacional de Literatura otorgó el máximo galardón de las letras cubanas al profesor, editor, traductor y periodista Julio Travieso, cuya obra resulta una de las más significativas en el panorama literario de las últimas cinco décadas.
Autor de títulos reconocidos como El polvo y el oro, Para matar al lobo y Cuando la noche muera, Travieso recibió el lauro durante la gran fiesta del libro en el país.
No pudo la Covid-19 limitar el alcance de FILCuba en su recorrido por todas las provincias de la isla, con un saldo aproximado de dos millones de visitantes, quienes accedieron a cerca de cuatro millones de títulos, de ellos, 900 novedades editoriales.
Desde La Habana hasta la oriental Santiago de Cuba, el maratón literario abarcó cifras superiores a ediciones precedentes en cuanto a la comercialización de textos nacionales, según directivos del Instituto Cubano del Libro.
PREMIO CASA, ENCUENTRO CON INTELECTUALIDAD REGIONAL
Otro encuentro cimero con la intelectualidad regional devino el Premio Literario Casa de las Américas, cuya edición 62 marcó la vuelta a la capital de Cuba de prestigiosas voces como el poeta argentino Jorge Boccanera.
¿Para qué sirve la poesía?, inquirió en sus palabras de apertura de la cita el literato, quien recordó la utilidad del género en tiempos de crisis global provocada por la pandemia.
En consecuencia, el certamen latinoamericano -que contempló además exposiciones, talleres, paneles y la presentación de libros ganadores en ediciones anteriores- dirigió su norte a defender desde La Habana la expresión poética tan necesaria en pleno siglo XXI.
Sus máximos galardones fueron a manos de los autores Javier Núñez (Argentina), Luis Llorente (Cuba) y José Antonio Piqueras (España) por la novela Hijas de nadie, el poemario Excepcional belleza y el texto Moneda y malestar social, respectivamente.
Tras ser cancelado por primera vez desde su creación en 1960, el Premio convocado por la prestigiosa institución continental regresó para acoger más de 140 obras en concurso en los géneros de ensayo, novela y poesía.
La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) también ejerció un rol puntual en la promoción de las letras cubanas al convocar al Encuentro sobre Investigaciones Literarias y el Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar en alianza con el Instituto Cubano del Libro (ICL) y Casa de las Américas.
Concedió, además, los premios David que cada año distingue la obra de autores inéditos y abre el camino a futuras publicaciones.
Otra cita de referencia resultó el 28 Festival Internacional de Poesía de La Habana, del 23 al 28 de mayo, evento que invitó desde la Casa del Alba Cultural a intercambiar en torno al amor como posibilidad de redención humana, en un mundo abocado a la extinción de la especie.
El calendario del evento incluyó presentaciones de libros, lectura de poetas latinoamericanos y el homenaje a los autores cubanos Carilda Oliver Labra y Jesús Orta Ruiz, así como a los volúmenes Tierra baldía, de T. S. Elliot y Trilce, de César Vallejo.
REVERENCIA AL POETA NACIONAL DE CUBA
Entretanto, la central provincia de Camagüey, tierra que vio nacer al poeta nacional de Cuba, irradió su legado literario a través del Coloquio Internacional Nicolás Guillén, a propósito de los 120 años de su natalicio.
Dedicada a uno de los más importantes exponentes de la poesía negra en Latinoamérica, la cita también evocó el medio siglo de la primera publicación de sus obras La rueda dentada y El diario que a diario.
La urbe declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco cobijó, además, la efigie a tamaño real a cargo de la escultora cubana Martha Jiménez, que recuerda al autor en su andar, pluma y papel en mano, por la Plaza de los Trabajadores.
Con una mirada plural a otros países del continente como Estados Unidos, el evento realizado del 7 al 10 de julio, señaló fenómenos sociales de actualidad relativos al movimiento Black Lives Matter desde el análisis de la marginalidad, la pobreza y la discriminación en pleno 2022.
Guillén y su ejercicio escritural vinculado a temáticas como raza, nación y sociedad o la influencia caribeña en su obra marcaron el pulso teórico del certamen, en remembranza al viaje del cubano a Haití ocho décadas atrás.
Si de reconocimientos se trata, este año el escritor cubano Senel Paz recibió el Premio de Literatura Ernest Hemingway, que otorga el Movimiento Literario e Histórico Internacional homónimo.
La noticia del galardón, por el conjunto de su obra, se conoció durante la tercera y última jornada del XVIII Coloquio Internacional dedicado al autor estadounidense y Premio Nobel de Literatura en 1954.
Paz es reconocido por sus textos y guiones emblemáticos de la fílmica cubana, entre los que destacan el cuento El lobo, el bosque y el hombre nuevo, del cual surgió la cinta Fresa y Chocolate.
Grandes oportunidades para el intercambio significaron la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México) y Filven (Venezuela), donde las delegaciones lideradas por el Instituto Cubano del Libro compartieron los retos que enfrenta la industria editorial en la isla.
Del trabajo en las coediciones y futuros apoyos también se sustentó el encuentro entre directivos de la Cámara Cubana del Libro y la Asociación de Escritores en Paraguay, acontecido en el Primer Congreso Nacional de Libreros y Editores con sede en Argentina.
Otro hecho significativo lo constituyó el homenaje que durante los últimos meses de 2022 le hicieron diversas instituciones al poeta, decimista y periodista cubano Jesús Orta Ruiz, más conocido como El Indio Naborí, Premio Nacional de Literatura 1995.
El país conmemoró el centenario de su natalicio con diversas actividades, mientras dedicó a esta figura el Primer Congreso Iberoamericano de la décima y el verso improvisado, que reunió del 5 al 7 de octubre a artistas de diversas latitudes con un variado programa de guateques, intercambios teóricos, tributos y conferencias.
La isla y su rico movimiento literario despiden un año prolífico y emprenden nuevos caminos en su hoja de ruta para 2023.
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