A mediados de la semana pasada el portavoz del gobierno gambiano dijo a la prensa que los servicios de inteligencia conocieron de una conspiración para derrocar al gobierno del presidente Adama Barrow y arrestaron a cuatro militares sospechosos.
Las pesquisas apuntan a la posible involucración de civiles dentro y fuera del país; nuestras averiguaciones siguen este ángulo del tema, afirmó a la prensa el funcionario, designado poco después del aborto de la asonada.
Hasta el presente han sido arrestados siete militares, cuya graduación no mencionó, así como otras dos personas, los cuales planeaban arrestar a los ministros y otros altos funcionarios “para evitar una intervención extranjera”, agregó Sulaiman Jeng sin entrar en pormenores.
Reiteró asimismo que el gobierno creó un equipo mixto para investigar el complot integrado por 11 miembros de funcionarios del Ministerio de Justicia y las fuerzas militares, así como de los servicios de seguridad.
La alusión a la «intervención extranjera» puede referirse a la reacción adversa de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental a los golpes de Estado registrados en los últimos tiempos en Mali, Guinea Conakry y Burkina Faso, cuyos gobiernos transitorios están sometidos a sanciones.
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