Desinformación, noticias falsas o la popularmente llamada “bola”, fueron fenómenos comunes en el escenario mediático cubano el año pasado, algunas veces como parte de operaciones de guerra híbrida contra la Revolución y otras por el interés de ganar audiencias de determinados perfiles en las redes sociales.
Una búsqueda triangulada en varios buscadores de Internet y en las redes sociales de Prensa Latina encontró entre las noticias falsas y campañas de desinformación de mayor impacto en Cuba y sobre Cuba, las siguientes:
– Leche de cucaracha: en marzo de 2022 el portal digital de Radio Guamá publicó una curiosidad sobre la existencia de una leche extraída de la cucaracha con valores nutricionales. Varios medios, algunos de los cuales publicaron con anterioridad esa misma noticia, usaron titulares engañosos argumentando que los medios cubanos proponían consumir leche de cucaracha por la escasez de alimentos en la isla. Radio Guamá publicó una aclaración pero el tema ya era viral.
– Bomba en un hotel de La Habana: En mayo de 2022 se produce una llamada al hotel Tulipán de La Habana con una amenaza de bomba. En apenas minutos varios medios asentados en La Florida, Estados Unidos, dan la primicia y dicen tener otras pruebas, lo que apuntó a que se trataba de una noticia construida, casi en paralelo con la llamada intencionalmente dirigida a desatar el pánico.
– Restricciones sanitarias: Ante el incremento de los índices de infestación de la Covid-19 o el dengue o la aparición de nuevas enfermedades como la viruela símica y la hepatitis infantil de origen desconocido, circularon noticias falsas anunciando supuestas nuevas medidas de confinamiento, restricciones o llamando a que los niños no acudieran a las escuelas.
– Mercado en Moneda Libremente Convertible (MLC): desde enero de 2022 el Banco Central de Cuba ha publicado periódicamente notas informativas desmintiendo supuestos cambios en el mercado de divisas en el país. Las noticias incluyen además el supuesto cobro en MLC de servicios y trámites a los cubanos.
– Manifestaciones populares: En octubre tensiones económicas y el sometimiento a una campaña de desinformación y aliento a la indisciplina social provocaron manifestaciones de vecinos en localidades cubanas, adonde acudieron las autoridades para escuchar las demandas y ofrecer respuestas y soluciones.
Cuando estas acciones fueron disminuyendo, en las redes sociales comenzaron a circular videos y fotos de supuestos actos masivos de desobediencia y enfrentamiento a las autoridades que en realidad pertenecían a otros países y contextos.
– Código de las Familias: Aunque finalmente fue aprobado en referendo popular, el nuevo Código de las Familias sufrió ataques, como por ejemplo que los niños serían separados de sus padres por interés del Estado o las mujeres en edad reproductiva serían obligadas a embarazarse.
– Apagones: las restricciones en el acceso a combustibles y piezas de repuesto deterioraron el sistema electroenergético nacional por lo que se produjeron apagones en todo el país. Las noticias falsas apuntaron a divulgar desde planes ficticios de cortes de electricidad hasta la supuesta huida del país de los dirigentes gubernamentales.
No es de extrañar que en 2023 se produzca un incremento de la desinformación y las noticias falsas en y sobre Cuba. Un mayor acceso a Internet y el grado incipiente de desarrollo de la legislación y educación de las audiencias sobre el tema configurarán ese escenario.
Siempre quedará la opción del desmentido, porque como dice el refrán, la mentira tiene patas cortas pero, de acuerdo con diversos estudios, las informaciones falsas se difunden significativamente más lejos, más rápido, más profunda y ampliamente que las verdaderas.
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