Bajo el título El hijo del inmigrante: La Ruta, la muestra se sumó a las diversas acciones desplegadas en el Barrio Chino de esta capital, para conmemorar el inicio del año nuevo lunar en ese país.
Conforman la selección 40 piezas –entre esculturas y pinturas- que invitan a reflexionar sobre la vida de los emigrantes, a través de “técnicas, colores y texturas en busca de una definición precisa del camino a transitar”, refiere la presentación del proyecto.
Inspirado en la integración de ambas culturas y en la presencia china en la mayor de las Antillas, Chong propone en esta exhibición un acercamiento a la herencia cultural del país asiático, que se distingue por sus motivos, colores y tradiciones milenarias, señaló la curadora Teresa Toranzo.
En ese sentido figura la pieza Nostalgia lejana, una escultura que representa a un emigrante anónimo o Cabeza dividida, centrada en el conflicto de los hijos de esas personas, que beben las raíces y costumbres de dos mundos, así como el tríptico Huellas, cuyo discurso fomenta la eliminación de las fronteras entre los seres humanos.
De esta manera Chong presenta una selección coherente con el trabajo desplegado a lo largo de su carrera, en la cual ha retratado la naturaleza y el paisaje cubano, pero a su vez ha dejado para la posteridad la memoria de personajes antológicos del Barrio chino de La Habana y de la presencia china en Cuba, explicó la especialista.
La muestra, enmarcada en la Fiesta de la Primavera, prestigia una celebración tradicional del calendario lunar chino de inicio del nuevo año, la cual acontece entre fines de enero y mediados de febrero del calendario occidental o solar.
Según reseña el portal digital del barrio Chino, la festividad se concibe como una jornada de actividades diversas, la cual tiene una duración de dos a tres semanas a partir de la noche anterior al día de inicio del año tradicional chino, e integra culinaria, artes plásticas, conversatorios, música, las Danzas del León y del Dragón, entre otras.
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