Tales declaraciones las expresó durante una conferencia de prensa en esta capital después de las conversaciones con su homólogo serbio, Ivica Dacic.
Ambos estamos interesados en llevar la paz a Ucrania lo antes posible, y la continuación, como la posible escalada de las hostilidades, crea serios riesgos para ambos países, sostuvo Szijjarto.
Señaló que para aquellos estados que se encuentran a miles de kilómetros del lugar del conflicto, puede no parecer tan grave, pero quien escala o prolonga la guerra está actuando en contra de nuestros intereses nacionales.
El Canciller magiar enfatizó que Hungría y Serbia sienten aguda y directamente las consecuencias del conflicto.
Según él, el conflicto en curso en el país vecino afecta su seguridad, y las sanciones impuestas por la Unión Europea contra Rusia dañan la economía y el comercio.
Ni los húngaros ni los serbios son responsables de esta guerra, pero ambas naciones la están pagando, agregó el ministro.
Por lo tanto, estamos interesados en un rápido fin del conflicto armado, concluyó Szijjártó.
El 24 de febrero del año pasado, La Federación de Rusia, a pedido de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk, inició una operación militar especial en Ucrania para proteger a la población de esas regiones en el Donbass, sureste ucraniano.
Tras eso, los países de Occidente, liderados por Estados Unidos, impusieron sanciones a gran escala contra el gigante euroasiático y aumentaron los suministros de armas a Kiev valorados actualmente en miles de millones de dólares.
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