En un comunicado difundido aquí la Anaic denuncia que el gobierno estadounidense busca, «con motivaciones falsas y pretenciosas» y de manera enmascarada, “el derrocamiento de los sistemas políticos y sociales, desafiando las más básicas normas de Derecho Internacional y la soberanía de cada país, incluyendo los estados afectados por la extraterritorialidad de estas medidas impuestas”.
En su texto, enviado a instituciones nacionales e internacionales, de manera particular la asociación insta al gobierno italiano a “comprometer efectivamente su diplomacia hacia los Estados Unidos, para llegar a la eliminación inmediata y definitiva de las medidas punitivas contra otros países”. Recordó en tal sentido “que Italia, junto con casi todas las naciones, se expresó reiteradamente en la Asamblea General de las Naciones Unidas a favor de eliminar el bloqueo” en todas sus formas y que la propia Unión Europea se pronunció también “en contra del mantenimiento anacrónico del bloqueo contra Cuba”.
Destaca que tales medidas coercitivas se mantienen en un contexto ya dramático provocado por la pandemia de la Covid-19 que afecta a casi todas las naciones del mundo.
El elevado nivel de contagio provocado por la propagación del virus SARS-CoV-2 y su secuela de enfermedad y muertes –señala el documento- hacen que muchos países, “incluso los del llamado primer mundo, ven sus estructuras puestas “de rodillas” por las políticas de privatización del sistema de salud” y la respuesta a las crecientes solicitudes de asistencia es insuficiente.
Las medidas intimidatorias impiden a los países afectados por “sanciones unilaterales e ilegales de los Estados Unidos, comprar medicamentos, equipos de salud y materiales necesarios para enfrentar la pandemia de manera segura”, añade la Anaic en su comunicado.
Al tiempo que califica de falta absoluta de humanidad y de lógica “aprovechar una emergencia de salud tan terrible con fines miserables de supremacía», manifiesta en su denuncia que «el problema del contagio afecta a todos los habitantes del mundo y solo puede resolverse con la participación y la solidaridad de todas y entre todas las naciones”.
“La salud es un Derecho Humano y este principio se aplica a todas las personas, independientemente de su nacionalidad, color de piel, género, opinión política y pensamiento religioso o filosófico”, concluye la declaración de condena de la Anaic.
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