Según reporta hoy la prensa especializada, desde 2020, la empresa ha cancelado los contratos de trabajo a más del 30 por ciento de su plantilla, lo que equivale a unos 500 obreros menos.
De momento no se conoce de pronunciamientos sobre los despidos por parte de los sindicatos.
Batsa, casa matriz de marcas como Dunhill, Peter Stuyvesant, Rothmans y Pall Mall, argumenta que la medida de despedir esos 200 trabajadores se debe a una disminución del 40 por ciento en sus ventas de cigarrillos desde el comienzo de la pandemia de la Covid-19.
Al inicio de la epidemia, recuerda la fuente, Sudáfrica prohibió la venta de cigarros para minimizar el contagio de la enfermedad, así como liberar a los hospitales de potenciales enfermos que recargaran el trabajo de los médicos dedicados a tratar a pacientes de Covid-19.
Ello, acorde con Batsa provocó un auge en las ventas ilegales, de manera que al día de hoy el mercado ilícito de cigarros ahora representa el 70 por ciento del mercado total de ese producto en Sudáfrica.
Este comercio ilegal ha impactado severamente la sustentabilidad de la industria legal del tabaco y es una fuente de fondos para las organizaciones criminales en Sudáfrica, explica Batsa.
La empresa aboga ahora por el establecimiento de un precio minorista mínimo para acabar con las ventas en el mercado negro.
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