Las expectativas de algunos de los gremios y de las fuerzas políticas de izquierda que apoyan la movilización es llevar a las calles a un millón de personas, aunque previsiones publicadas en la prensa estiman entre 600 mil y 800 mil los manifestantes.
Al margen de las cifras, la jornada de rechazo al proyecto presentado por la primera ministra Élisabeth Borne promete un duro desafío para el Ejecutivo, porque por primera vez en más de una década los ocho gremios más importantes coincidieron en la convocatoria.
En el centro del repudio a la iniciativa está la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años, pero también generan malestar el aumento a 43 años del período de cotizaciones y la eliminación de regímenes especiales de jubilación.
Injusta, brutal, cruel e innecesaria son calificativos otorgados en los últimos días a la reforma, de cara a las más de 200 movilizaciones anunciadas en suelo galo, encabezadas por los poderosos sindicatos Confederación General del Trabajo (CGT) y Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), que no suelen coincidir en sus posturas.
Es una muy buena señal que actúen juntos los sindicatos, afirmó el secretario general de la CGT, Philippe Martinez, quien calificó el texto que discutirá el próximo lunes el Consejo de Ministros de una reforma de derecha.
También el líder de la CFDT, Laurent Berger, criticó el proyecto, abogó por llevar a las calles del país al máximo de personas posible, en aras de mostrar el descontento, y adelantó la intención de continuar las protestas el fin de semana.
“Debemos decir claramente que la edad legal de jubilación a los 64 años cuenta con el desacuerdo del mundo de los trabajadores”, declaró Berger a la cadena Franceinfo.
El gobierno descartó retroceder e insistió en que la reforma del retino es una urgencia, en aras de evitar el colapso financiero del sistema de la jubilación.
Según el ministro de Cuentas Públicas, Gabriel Attal, el actual sistema resulta estructuralmente deficitario y apunta a una deuda de 500 mil millones de euros.
Urge una reforma, es evidente, subrayó entrevistado por la cadena CNews, en la que reconoció la importancia de convencer a la ciudadanía al respecto.
Encuestas como las de Elabe y el Instituto Francés de Opinión Pública reflejaron un rechazo de al menos seis de cada 10 franceses a la iniciativa, considerada el proyecto estrella de la gestión del presidente Emmanuel Macron.
El jefe de Estado no pudo materializarla en su primer lustro en el Palacio del Elíseo (2017-2022), ante la irrupción de la pandemia de la Covid-19 y las movilizaciones de finales de 2019 y principios de 2020.
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