Su título Visiones Musicales resume la confluencia de la fotografía, la música y la pintura en una suerte de tributo a grandes figuras del panorama sonoro del país caribeño, acompañados de diversidad de instrumentos e inmortalizados en las imágenes del estadounidense Rick Swing.
La exposición prevé su apertura el venidero lunes 23, como una de las actividades más significativas dentro del programa de la 38 edición del Festival Internacional Jazz Plaza, desde la galería de Domínguez, situada en el casco histórico capitalino.
A pocos metros de la estatua del Caballero de París, creada por el escultor José Villa Soberón, y de la popular Plaza de San Francisco de Asís, el espacio regalará a los asistentes alrededor de 30 cuadros, emanados de la capacidad de improvisar de su autor.
Gracias a esa libertad creativa otorgada por Swing, según aseguró el artista a Prensa Latina, las fotos en blanco y negro incorporan color, imaginación y vida, donde, a veces, resultan difusas las fronteras entre ambas disciplinas.
Califica al jazz como una “improvisación sabia” y, precisamente, esa definición acompañó sus trazos en esta última entrega: “es una fase nueva donde me he divertido y he improvisado como si fuera un jazzista de la pintura”.
La invitación a este diálogo artístico surgió de la más reciente exposición de Rick en La Habana, acontecida en enero de 2019 y concebida como un homenaje a su colega cubano Raúl Corrales, desde la presentación de 70 instantáneas de intérpretes contemporáneos de jazz.
“No me gusta repetir las cosas, trato de ser cada día un mejor artista, reconocerme en lo bueno y avanzar”, concluyó el creador de la isla, diestro además en el grabado, la cerámica y la escultura.
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