Hasta esa localidad pinareña llegaba el general Antonio Maceo y sus huestes libertarias el 22 de enero de 1896 para coronar la extraordinaria hazaña, como lo calificara en sus apuntes el general independentista José Miró.
Nada pudo detener el avance de la caballería ni de la famosa infantería que sorteó todo tipo de obstáculos, subrayó por su parte el historiador de Pinar del Río, Juan Carlos Rodríguez.
La tropa mambisa partió de los Mangos de Baraguá, en el oriente cubano, el 22 de octubre de 1895 con el propósito de llegar “hasta los últimos confines del occidente, hasta donde haya tierra española. Allí se dará el Ayacucho cubano”.
Fue esa la decisión de quienes comandaban el contingente de cuatro mil 500 soldados que tras recorrer mil 800 kilómetros liberaron poblados e hicieron blanco en las tropas del colonialista español Arsenio Martínez.
Las épicas cargas al machete y las contramarchas derrotaron las pretensiones del enemigo que superaba en número y capacidad técnica a las huestes mambisas, recordó el historiador.
Ya en Mantua, a más de 200 kilómetros de La Habana, las tropas acampan en Mangos de Roque, sitio venerado de la historia patria.
Maceo y sus hombres son acogidos por los lugareños, quienes organizan un baile en su honor y muchos de sus hombres se suman, tal y como sucediera en todo el trayecto por tierras vueltabajeras, a la tropa libertaria.
Entonces se hizo realidad la lógica de un ejército popular y plural que aportó enseñanzas a la lucha armada iniciada por Fidel Castro en la Sierra Maestra y triunfara el 1 de enero de 1959, destacó Rodríguez.
Cada año, los pobladores de Mantua recuerdan la hazaña que alimenta y dignifica el orgullo nacional.
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