Golpeado con fuerza por la Covid-19, como muchos otros, este componente de la cultura y la economía enfrenta un particular desafío, señaló el co-presidente del Sindicato de Distribuidores Independientes y director de la compañía Pyramides Films, Eric Lagesse.
Citado por la cadena Franceinfo, el empresario consideró que el esperado regreso de los cines, en una tercera etapa del desconfinamiento que comenzó el 11 de mayo, significaría entrar en un terreno complicado.
Hasta ahora hemos sobrevivido a la crisis gracias a medidas como el desempleo parcial, pero cuando esa ayuda termine, el sector dependerá del éxito de la proyección de películas en las salas, un escenario impredecible, dijo.
El gobierno fijó finalmente el 22 de junio como la fecha de reapertura de los dos mil 46 cines del país, en los que regirán medidas sanitarias estrictas, en aras de evitar una segunda ola de contagios.
Si las salas abren y siguen vacías, serviría de poco, expuso Lagesse, quien se mostró muy preocupado por el temor de las personas a retornar a esas instalaciones, cerradas desde marzo.
Para el director de la sociedad distribuidora Le Pacte, la solución pasa por llevar a las grandes pantallas filmes atractivos para los franceses.
Sin embargo, Lagesse alertó que las “pequeñas películas” y las empresas de presupuestos bajos estarán en desventaja frente a las grandes productoras de Estados Unidos, que pudieran condicionar sus ofertas a un mayor tiempo de exposición en los cines y a la presentación en mayor cantidad de salas.
“Diciéndolo claramente, si no salen los filmes estadounidenses, la gente no acudirá a las salas, pero a la vez corremos el riesgo de que esas cintas eclipsen a las otras”, subrayó.
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