Una multitud estimada en miles de participantes invadió las calles capitalinas en respaldo a la medida, adoptada días atrás por el gabinete del capitán Ibrahim Traore, segunda del mismo tipo desde que Mali comunicó a París el año pasado que debía evacuar el contingente militar desplegado en su territorio.
Francia reaccionó con acritud a la demanda del gobierno de transición de este empobrecido país y la semana pasada llamó a consulta a su embajador en Ouagadougou, gesto que en el protocolo diplomático califica como una degradación sustantiva de los lazos diplomáticos bilaterales.
Los manifestantes aplaudieron el anuncio gubernamental y lo calificaron de “defensa de la soberanía nacional”, punto sustancial para el gobierno militar cuya estrategia desde que asumió el poder hace pocos meses descansa en la movilización popular y la movilización contra los grupos islamistas asentados en el país.
En términos de Francia, la retirada de sus militares de ambos países marca un descenso de influencia política en sus antiguas colonias africanas con algunas de las cuales tiene sólidos lazos económicos.
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