Funcionarios del Gobierno aseguraron que esas personas serán acusadas y juzgadas en tribunales por violar la directiva que prohíbe asociarse de forma estrecha con la formación insurgente, la cual causa estragos en este país desde hace casi 15 años.
Refirieron que en Beledweyne, donde los militantes tienen numerosas bases logísticas, los infractores supuestamente firmaron un acuerdo con el ente Al-Shabab “para retirar las fuerzas de sus clanes” que combaten junto al Ejército somalí al grupo radical.
Las nuevas detenciones ocurren dos días después que un tribunal militar condenó a cinco años de prisión a tres ancianos, con ascendencia en sus comunidades, por cometer delitos de tráfico con la milicia considerada terrorista en la localidad de Harardhere, estado de Galmadug.
En Somalia los jefes tradicionales, usualmente personas con avanzada edad, son agentes muy importantes en el ámbito de la cultura e incluso la gobernanza, y los comunitarios y autoridades les consultan diversas cuestiones administrativas y de la vida cotidiana.
Según comunicó horas atrás el general Odowaa Yusuf, jefe del Ejército, como parte de su ofensiva contra Al-Shabab, ultimaron en los últimos meses en zonas del centro y sur del país a más de mil elementos de esa formación radical, en tanto muchos otros resultaron capturados.
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