En un panorama tenso, por la reforma a la jubilación que impulsa el Gobierno y rechazan los sindicatos y varias fuerzas políticas, este miércoles entró en vigor el aumento de las tarifas de la electricidad en un 15 por ciento, con afectaciones en hogares, condominios, viviendas sociales y pequeñas impresas.
Si bien la extensión del escudo tarifario implementado por el Gobierno en 2021 impide un costo más elevado, se prevé un incremento promedio de 20 euros en la factura de las familias cuya calefacción depende de la electricidad.
De acuerdo con el ejecutivo, el golpe en los bolsillos sería de unos 180 euros de no ser por su escudo, el cual representa gastos por cinco mil millones de euros de las finanzas públicas en 2023, además de los 11 mil millones necesarios para proteger a los hogares del alza en el precio del gas, aplicada a partir del 1 de enero.
El mes pasado fueron noticia las protestas de los panaderos, incluso en las calles, un sector representativo de las consecuencias del aumento del costo de la energía en Francia, donde la inflación mensual promedio escaló a un 5,2 por ciento en 2022, impulsada por el precio de los combustibles y los alimentos.
Febrero implica también la reducción de un 25 por ciento en la duración de la indemnización a los demandantes de empleo y un incremento del 4,75 por ciento en el precio de los peajes, el cual ya había aumentado un dos por ciento el año pasado.
Además, a partir de este mes serán más caros los taxis y otros vehículos ligeros de transporte de pasajeros, con una media del cuatro por ciento.
Respecto a los viajes en tren, la compañía nacional francesa ferroviaria SNCF, que ya había incrementado el costo de los pasajes, comenzará a endurecer las condiciones de cambio de boletos y reembolso.
El Gobierno resaltó que el presupuesto del Estado para el 2023 cuenta con un fuerte componente de combate a la inflación, sin que escape a las críticas de la oposición.
En ese sentido, líderes políticos como el insumiso Jean-Luc Mélenchon y el comunista Fabien Roussel denunciaron el dominio del capital y de la especulación, en detrimento de la justicia social, y abogaron por mejores salarios.
No todas son malas noticias en este segundo mes del año, considerando el aumento del tipo de interés para las libretas de ahorro Livret A (tres por ciento) y Livret d’épargne populaire (6,1), esta última destinada a los hogares más modestos.
También evolucionan desde hoy los límites máximos fijados para financiar las obras de renovación energética en instalaciones, mecanismos conocidos como MaPrimeRénov copropriétés y MaPrimeRénov sérénité, en dependencia de los beneficiados.
Para algunos observadores, el panorama sugiere una “bomba social” por su impacto en los más necesitados, atizado por el empeño del ejecutivo en lograr una reforma del sistema de la jubilación impopular, con la extensión de la edad legal de retiro de 62 a 64 años como medida estrella del proyecto.
La víspera, casi tres millones de personas, según los sindicatos, salieron a las calles para protestar contra la reforma, con nuevas marchas y huelgas convocadas para el 7 y el 11 de febrero.
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