La Habana, 20 sep (Prensa Latina) Ante la detonación de una bomba en La Habana la noche del 28 de septiembre de 1960 por elementos terroristas al servicio de Estados Unidos, el millón de personas congregadas en torno al entonces Palacio Presidencial para escuchar el discurso del líder histórico de la Revolución, Fidel Castro, reaccionó con vivas al proceso iniciado el 1 de enero de 1959.
“Vamos a establecer un sistema de vigilancia revolucionaria colectiva, están jugando con el pueblo y no saben todavía quién es el pueblo; están jugando con el pueblo y no saben la tremenda fuerza que hay en el pueblo”, aseguró de inmediato, tomando la iniciativa, el fundador del Ejército Rebelde y primer ministro a la sazón.
Al término de la alocución, esa misma noche, nacieron los primeros Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que apenas seis meses y varios días después neutralizaron a la quinta columna que dentro del país pretendía apoyar la invasión de la brigada mercenaria dirigida y financiada por la Agencia Central de Inteligencia, derrotada en Playa Girón.
Convertidos hoy en la mayor organización nacional no gubernamental con más de siete millones de miembros, los CDR quedaron constituidos en los barrios y comunidades como una célula integrada por trabajadores manuales e intelectuales, campesinos, amas de casa y todos los ciudadanos dispuestos a defender las conquistas populares. Con el paso del tiempo, la iniciativa de Fidel se concretó en una estructura presente en cada cuadra, municipio, provincia y con una Dirección Nacional.
VIGILANCIA Y NUEVOS OBJETIVOS
Sin perder la razón de ser de apoyar con su vigilancia en la preservación de la seguridad y el orden interior, los miembros de los CDR asumieron otras responsabilidades en el transcurso de estos 60 años.
Resaltan entre esas tareas la limpieza y embellecimiento de áreas colectivas en trabajos voluntarios, donaciones de sangre, recuperación y acopio de materias primas.
“En particular, constituye un motivo de orgullo el respaldo al sistema nacional de salud pública en el cual los cederistas hemos contribuido a la erradicación mediante vacunas de males contagiosos como la poliomielitis, la meningitis meningocócica y otras plagas”, declaró a Cuba Internacional Olga Molinet, presidenta fundadora del CDR número 13 Josué País, del municipio de Boyeros, quien a los 93 años permanece en ese cargo.
A propósito de la actual pandemia, la organización desempeña una función importante como parte de los grupos de trabajo que en barrios y otras comunidades implementan el plan de acción para combatir las indisciplinas sociales, el acaparamiento, la especulación, los delitos económicos y otras corruptelas.
Asimismo, a seis décadas de su fundación, los CDR ejercen la solidaridad en el auxilio a los adultos mayores, las embarazadas, los discapacitados y otros vecinos, quienes ven limitadas sus posibilidades en medio del aislamiento y el distanciamiento social que impone la Covid-19.
(Tomado de Cuba Internacional)